Según una braita un deudo debe esperar por lo menos treinta días para casarse después del fallecimiento de uno de sus familiares cercanos. Ahora bien si es el conyugue quien falleció uno debe esperar que pasen el periodo de tres festividades completas (por lo menos unos seis meses y un poco más). Ahora bien si la persona no cumplió el precepto de Pru uRbu (tener hijos) luego de la Shivá uno podría volver a casarse para cumplir con aquel mandamiento. También uno puede volver a casarse casi inmediatamente si uno quedo viudo con niños pequeños para tener a alguien que cuide de ellos. En todo este contexto se nos trae la siguiente historia: "Cuando murió la esposa de Iosef HaKohen, él le dijo a su hermana durante el funeral: "ve y ocupate de los hijos de tu hermana" (es decir, casate conmigo) a pesar de esto no mantuvieron relaciones hasta mucho tiempo después". Si bien uno no debe, al leer estas historias, juzgar con nuestros ojos modalidades y costumbres de hace unos 1700 años nos sorprende que en el mismo día que muere su esposa un hombre le pide matrimonio (en el momento mismo del entierro!) a su mismísima hermana. Ahora bien el Talmud para "suavizar" esta escena nos dice que si bien se casaron, para que haya alguien que se ocupe de los niños pequeños, esta nueva pareja no mantuvo relaciones "hasta mucho tiempo después". Ustedes se preguntaran ¿Cuánto es mucho tiempo? El Talmud responde: ¡30 días!
¡Como ven ciertas historias no solo ocurren en las películas!
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