sábado, 16 de marzo de 2013

Kidushin 28 - Palabras que lastiman

El Talmud no sólo regula la vida del culto en el antiguo Templo de Jerusalém, la agricultura en la tierra de Israel, las bendiciones diarias que un judío debe decir sino que también se ocupa de cada uno de los aspectos de nuestra vida. Los insultos y las palabras que lastiman también tienen un lugar en este texto consagrado por cientos de generaciones.

En esta ocasión el Talmud señala que tenemos que tener cuidado en relación a cómo "llamamos" a los otros, cómo los denominamos y cómo nos referimos a ellos. El Talmud da cuenta de que somos sensibles ante la palabra del otro y por este motivo castiga y condena a quien desprecia a su compañero con palabras ofensivas. Veamos los tres ejemplos que el Talmud trae:

  1. Esclavo. Está prohibido que un hombre le diga a su compañero "tu eres mi esclavo" o "vos sos un esclavo". Quien dice estas palabras puede ser condenado por una corte rabínica a un ostracismo temporario (Nidui).
  2. Bastardo. Quien llama a su compañero "bastardo" (Mamzer) o le dice que se comporta como un bastardo puede ser condenado a recibir los cuarenta (menos un) latigazos ordenados por la Torá para corregir los actos de los hombres.
  3. Malvado. Y el "peor" de todos, quien llama a su compañero "malvado" (Rashá) es suceptible de que aquel compañero pueda "arruinarle la vida en todo lo que él desee". La venganza, en este sentido, sería personal. 
Nadie quiere ser un esclavo, un bastardo o un malvado; y nadie tiene derecho a llamar a otra persona bajo estos nombres. Quien lo hace, según el Talmud, debe ser castigado.

A cuidar las palabras que salen de nuestras bocas!

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