miércoles, 23 de enero de 2013

Kidushin 7 - Medio hombre y media mujer

Todos habrán escuchado formas extrañas de proponer matrimonio pero fórmulas tan frías como las que leerán en unos momentos tengo la intuición que nunca han escuchado nada igual. El Talmud trae muchos casos de cómo un hombre puede desposar a una mujer a través del dinero pero no de la forma tradicional, esta es, que él le dé una suma de dinero a ella y le proponga matrimonio. Veamos dos de estos casos simplemente para darnos una idea de que en la antigüedad, al parecer, el matrimonio se movía bajo otros valores y conceptos diferentes a los contemporáneos. Verán que el amor poco tiene que ver en el asunto.

Simplemente el matrimonio era, en algún sentido, una transacción económica más. Vayamos con los casos: Si una mujer le dice a un hombre “dale x cantidad de plata a fulano y yo me casaré contigo”, si el hombre así lo hace y luego dice “tu estás desposada para mí a través del dinero que di siguiendo tus palabras”, la mujer queda desposada. Y otro caso aún más extraño. Si una mujer le dice a un hombre “dale x cantidad de plata a fulano y yo me casaré con él” y este otro hombre dice “tu estás desposada para mí con la plata que recibí por tu voluntad”, el matrimonio es válido. Como verán lo importante en este sentido, muy a nuestro pesar, no es el amor o la sacralidad del matrimonio sino que técnicamente se cumplan los requisitos del pago para “adquirir” a una mujer. 

Un caso interesante. Si un hombre le dice a una mujer: “cásate con mi mitad”, el matrimonio es válido. Sin embargo si el hombre dice “tu mitad está consagrada para mí”, el matrimonio es invalido. ¿Por qué esta diferencia? ¿Por qué una mujer se puede casar con la “mitad” de un hombre y un hombre no se puede casar con la “mitad” de una mujer? La primera respuesta de los sabios es que la Torá dice: cuando un hombre toma a UNA mujer – y no a media mujer! Sin embargo inmediatamente esta opinión es anulada porque allí en Devarím 24:1 también dice: cuando UN hombre toma a una mujer – y no medio hombre. La respuesta finalmente será una respuesta de época, una respuesta pragmática y cotidiana. El Talmud dice: uno nunca vio a una mujer casada con dos maridos (es decir “dividida” en dos partes) sin embargo uno si ve en el día a día un hombre casado (es decir “dividido”) con varias mujeres.

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