miércoles, 30 de enero de 2013

Kidushin 12 - Los castigos de Rab

Todos nosotros conocemos rabinos que se irritan fácilmente y otros que nada los puede alterar. Conocemos a los que dicen que sí a todo y a los que a casi todo dicen que no. Diferentes estilos de rabinos existieron en toda la historia del pueblo judío. Hillel y Shamai, dos de los fundadores del judaísmo rabínico, tenían dos formas muy diferentes de aplicar la ley. Esto se debía a que tenían dos formas muy diferentes de entender el mundo. En el último post indicamos que según Shamai había que pagar un Dinar para contraer matrimonio. Esta era una suma considerable de dinero y no cualquier hombre disponía de esa cantidad. Uno de los motivos principales que los sabios entendían que tenía Shamai para esta postura era para que las mujeres de Israel no sean de "fácil adquisición", él quería que los hombres se esfuercen a la hora de desposar a una mujer. No obstante para Hillel tan solo con una Prutá alcanzaba. Los sabios del Talmud no tienen idea exactamente cuánto vendría a ser una Prutá pero incluso un sabio, Rab Iosef, piensa que una Prutá es una moneda pequeña de cualquier valor. Esto quiere decir que para Hillel hasta con la moneda de menor valor se puede desposar a una mujer. El Talmud, por lo menos hasta nuestro Daf, no da motivos para la posición de Hillel pero podemos sospechar, conociendo a este personaje, que al imponer una suma tan pequeña para contraer matrimonio buscaba que cualquier hombre, sin importar su estatus social o su posición económica  pudiera desposar a una mujer. Buscaba quizás que el dinero no fuera una barrera. 

Y si de rabinos intolerantes y severos estamos hablando debemos conocer a Rab. Rab, según nos cuenta el Talmud, era un rabino con pocas pulgas y solía castigar (con azotes, Makot Mardut) a muchos judíos que sin quebrar la ley transgredían la "norma". Es decir que si bien se mantenían dentro de los cuatro codos de la halajá su comportamiento no era el correcto, no se comportaban de forma ética. Veamos algunos de los casos por los cuales Rab se enojaba y castigaba:

  1. A los hombres que desposaban a su mujer en el Shuk. Rab criticaba aquellos hombres que tomaban por esposa a su mujer en el mercado. Esto era considerado como una forma despectiva y denigratoria de casarse. Este es el motivo por el cual esta enseñanza de Rab es citada en este contexto ya que se habla de ciertas personas que desposaban a sus mujeres con algodón o con hojas de mirto en el mercado. Estas mercancías valían menos que una Prutá por lo cual el matrimonio estaba en duda. Y además de esto en la visión de Rab era de mal gusto, si bien permitido por la ley,  casarse con una mujer en un lugar tan vulgar como un mercado. 
  2. A los hombres que desposaban a su mujer a través del sexo. Hemos aprendido que una de las tres formas de casarse con una mujer era a través del acto sexual, sin embargo, aunque esta forma esta contemplada por la halajá, Rab lo considera una inmoralidad ya que para concretar ese matrimonio la pareja tiene que tener sexo con testigos. Debe haber testigos que atestigüen que la pareja mantuvo relaciones "en nombre del matrimonio". Y al parecer esta actitud de que haya gente mirando mientras uno tenía relaciones atentaba contra la conducta moral de la época de Rab. Imaginamos que en la nuestra también. 
  3. A los hombres que desposan a la mujer sin Shidujin. Antes de casarse con una mujer el hombre, se supone debe primero conocer a aquella mujer, a su familia, y recién ahí pactar la fecha del casamiento. El acto de encuentro y de arreglo del casamiento se denomina "Shidujin", y según muchos sabios este es un prerequisito ineludible para que el matrimonio sea válido. En tiempos donde las parejas, muchas veces no se conocían antes de casarse, este principio tenía mayor vigencia mas hoy en día en nuestros circulos liberales todas las parejas se conocen antes de la noche de bodas.
  4. A los hombres que anulan los divorcios. Si bien la halajá permite que un hombre anule el divorcio que un mensajero le estaba por entregar a su mujer Rab castiga esta actitud ya que el mensajero podría no enterarse de que el hombre anulo el divorcio y cuando se lo entrega a la mujer la misma piensa que quedó divorciada. Como consecuencia de esto va y al casarse con otro hombre y al tener hijos está cometiendo grandes transgresiones ya que técnicamente como el hombre había anulado el documento de divorcio ella todavía estaba casada.  
  5. A los hombres que maltratan a los mensajeros de los sabios. Rab insistía que molestar, burlarse o maltratar al emisario de un sabio era como maltratar al sabio mismo.
  6. A los hombres que luego de recibir un Nidui no pedían perdón. En la antigüedad una de las formas de castigo comunitario era el Nidui, una expulsión temporal de la comunidad. La persona que recibía el castigo por sus transgresiones no podía tener relaciones comerciales con ningún judío de aquella ciudad ni tampoco podía formar parte del Minian. Rab critica a las personas que habiendo recibido este castigo, al cabo de 30 días, no se acercan ante un tribunal para pedir perdón. Mostrando así que este era simplemente un "castigo correctivo", la persona debía mostrar arrepentimiento por sus acciones e inmediatamente volvía a ser incluido en la comunidad. 
  7. A los yernos que vivían en la casa de sus suegras por treinta días. Al parecer en la antigüedad era común, sino esta advertencia no existiría, que los yernos habiten en la casa de su suegras por un tiempo. Rab condena esta actitud ya que como comenta Rashí es posible que ambos terminen acostándose  Esta realidad quizás sorprenda a más de un contemporáneo por las relaciones - no muy cordiales - que uno entabla con sus suegras mas los sabios del Talmud intuyen que uno puede llegar a querer acostarse con ellas si vive bajo un mismo techo por un periodo extenso de tiempo. Por las dudas no lo prueben. 

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