viernes, 16 de noviembre de 2012

Avodá Zará 74 - Vinos mezclados

Estamos a dos páginas de completar nuestro estudio del tratado de Avodá Zará, aún así debemos seguir hablando del vino, pero esta será la última vez. 

Una de las Mishnaiot que aparece en estos folios nos dice lo siguiente: una autoridad anónima nos sugiere que si Iayn Nesej, el vino usado para libaciones paganas, cae sobre un barril de vino permitido todo este vino está prohiobido para Hanaha, o sea para comerciar con él. Sin embargo Rabán Shimón ben Gamliel sugiere que en cambio no todo el vino queda prohibido para comerciar sino que se debe vender todo el vino a uno no judío y luego deducir de la venta la proporción del vino prohibido que cayó sobre el barril y ese dinero si está terminantemente prohibido. Y como todo elemento que está prohibido y no tiene solución debe ser llevado al Iam Hamelaj como dice el Talmud. Debe ser llevado al mar muerto para que allí el dinero se descomponga y nadie nunca más pueda hacer uso del mismo.

El Talmud luego va a llegar a un punto intermedio, a una solución pactada. Rab Najman sugiere que entre estas dos posturas que aparecen en la Mishná hay una Halaja Lemaase, una ley que debe seguirse en la práctica y es la siguiente: Si una porción pequeña de Iayin Nesej cae sobre vino permitido, por más mínima que sea,  todo el barril queda prohibido y esto no tiene solución (Takaná). Sin embargo si el vino que cae no es el vino usado para libaciones sino simplemente Stam Ieyinaim, un vino que estuvo en contacto por un tiempo con un no judío (la mayoría de los vinos en la actualidad) se debe seguir la postura de Rabán Shimón ben Gamliel, todo debe ser vendido y se debe tirar al mar muerto la proporción de la venta que le correspondería al Stam Ieynaim

Ahora sí, con esta discusión se cierra por última vez en este tratado toda discusión en torno a los vinos permitidos o prohibidos.


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