sábado, 3 de noviembre de 2012

Avodá Zará 68 - El ratón en la cerveza

¿Qué pasa si un ratón se cae sobre un vaso de cerveza? Para la tradición talmúdica no hay preguntas "inválidas". Todas las preguntas deben hacerse, para la mayoría encontraban respuestas. 

Se nos presenta un caso traído por Rab, luego de discutir en torno a sí se cae vino prohibido a una comida permitida, sobre qué es lo que ocurre si no es vino lo que se cae sino un ratón. ¿Queda la cerveza prohibida o no? Las respuestas son múltiples y problemáticas pero nos concentraremos en dos definiciones halájicas de los sabios que se desprenden de este caso estudiado. De este absurdo podemos aprender dos cosas para nuestras prácticas halájicas contemporáneas:

  1. Si una mosca, ratón, insecto o cualquier "animal" se cae sobre nuestras comidas, teniendo en cuenta que todos estos animales que estamos hablando son taref, estando terminantemente prohibidos, nuestra comida no queda prohibida. Lo que se debe hacer es sacar a estos insectos de nuestros platos y luego todo el resto queda permitido. Ahora bien, más allá de la halajá, a quien se le cae un ratón en un plato de sopa... no creo que le tiente mucho seguir tomando esa sopa (algo similar, opinaban los sabios del Talmud). 
  2. La segunda derivación halájica de este hecho es qué hubiera ocurrido, como se narra luego en el Talmud, si este ratón no hubiera caído entero sino en trozos. En este sentido, cuando ya no podemos sacar este "elemento prohibido" tan fácilmente ¿Queda prohibida nuestra bebida? Aquí los sabios dicen que el caso es más complejo ya que si sacamos un ratón entero sabemos que nada de este animal "impuro" queda en la comida, sin embargo no ocurre lo mismo con "pequeños pedazos del animal". Alguno se nos podría pasar y estaríamos tomando una sopa de calabaza con pedazos de ratón (comida totalmente prohibida, como se podrán imaginar). Aquí los sabios aplican el concepto de Batel. Este término halájico es sumamente importante para nuestra vida diaria como judíos observantes. Los sabios del Talmud dispusieron que si un producto no permitido es vertido, sin intención o incluso en algunos casos con intención, en un producto permitido y este no le da un sabor especial ni es esencial para el mismo; y además la proporción es 1/60, la comida queda permitida. El caso más típico es si una gota de leche cae sobre una sopa de pollo. Si no se puede identificar el sabor de la leche en el producto terminado y si la cantidad que cayó es menor a 1/60, la sopa de pollo sigue siendo kasher.  

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