Antes de empezar nuestro estudio del día los invito a leer los siguientes versículos del libro de Devarim (Deutronomio) 21:1 "Si en la tierra que Adonai tu Ds te da para que la poseas, fuere hallado alguien muerto, tendido en el campo, y no se supiere quién lo mató, 21:2 entonces tus ancianos y tus jueces saldrán y medirán la distancia hasta las ciudades que están alrededor del muerto. 21:3 Y los ancianos de la ciudad más cercana al lugar donde fuere hallado el muerto, tomarán de las vacas una becerra que no haya trabajado, que no haya llevado yugo; 21:4 y los ancianos de aquella ciudad traerán la becerra a un valle escabroso, que nunca haya sido arado ni sembrado, y quebrarán la cerviz de la becerra allí en el valle.... 21:7 y protestarán y dirán: "Nuestras manos no han derramado esta sangre, ni nuestros ojos lo han visto. 21:8 Perdona a tu pueblo Israel, al cual redimiste, oh Adonai; y no culpes de sangre inocente a tu pueblo Israel." Y la sangre les será perdonada."
En nuestra Mishná y ahora en nuestra Guemará se discute cómo debe hacerse el procedimiento conocido como Arifat Eglá, la acción de quebrar la cerviz de la becerra para expiar el pecado. La discusión vuelve a ser entre Rabi Iehudá y Rabi Shimón, el primero afirma que cinco jueces deben estar presentes para el acto mientras que el segundo dice que con tres es suficiente. La Halajá, según la codifica Maimonides, dirá que se necesitan cinco jueces, y no cualquier juez, para realizar este acto. Los cinco jueces que se necesitan deben ser parte del Sanhedrín Gdola, de la gran asamblea.
Volvamos un poco. Esta Mitzvá de Arifat Eglá tiene su base, como ya vimos, en la Torá. La cuestión es la "libertad de culpas" la expiación por el error. Según la Torá todo derramamiento de sangre impurifica y hace "daño" a la tierra, la corrompe. Toda muerte debe ser saldada, todo culpable debe ser sentenciado. Las muertes no pueden quedar en el vacío ni en el olvido, las muertes deben ser saldadas. Se debe determinar el motivo de la muerte de una persona y por mano de quién. Psicológicamente, para poder hacer un duelo total también necesitamos, tal como prescribe la Torá, saber estos datos. En el libro de Devarim encontramos un caso de muerte particular. Una persona es encontrada muerta en el medio del campo sin saber la causa de su muerte, sólo se sabe que fue asesinado. Tal como dijimos antes, con toda muerte la tierra se desangra y se corrompe por lo cual hay que, de cierta forma, lavar las culpas. Por ese motivo, para determinar que ciudad debía "pagar por la muerte de aquel ser humano" los ancianos, que por el Talmud sabemos que son cinco y pertenecientes a la gran asamblea, deben medir la distancia entre el muerto y la entrada a la ciudad, la ciudad más cercana al cadaver se hará responsable de esa muerte.
Para que la tierra no se pervierta y la muerte no quede impune la Torá prescribe esta Mitzvá conocida como Arifat Eglá, para expiar las culpas de aquella ciudad los sabios toman a una becerra y le rompen la cerviz clamando el perdón por la muerte de aquel hombre.
Para que la tierra no se pervierta y la muerte no quede impune la Torá prescribe esta Mitzvá conocida como Arifat Eglá, para expiar las culpas de aquella ciudad los sabios toman a una becerra y le rompen la cerviz clamando el perdón por la muerte de aquel hombre.
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