La Mishná nos cuenta que para el "Ivur Hashaná" se necesitan tres jueces, otros sabios dicen que se necesitan siete jueces designados para este propósito. Vamos por partes: ¿Qué es el Ivur Hashaná? El calendario hebreo es un calendario luni-solar, el cual se rige casi en un 90% por la luna pero tiene algunas correcciones que se ajustan por el sol. El calendario hebreo tiene 12 meses pero cada tanto tiempo, hoy en día se da 7 veces cada 19 años (cada dos o tres años) se agrega un nuevo mes, por lo cual pasamos a tener trece meses. El mes que se agrega es Adar. ¿Por qué se hace esto? Por como se nos dice en nuestra Guemará para que la primavera y sus frutos caigan siempre en el tiempo correcto del calendario. Aviv, la primavera, es uno de los nombres que recibe Pesaj y esta fiesta siempre debe caer al inicio de la primavera y para esto se necesita cada cierto tiempo intercalar un nuevo mes ya que con 12 meses de 29 días hay un corrimiento anual de unos, aproximadamente 16 días por la rotación de la tierra con respecto al sol. Si no haríamos el Ivur Hashaná Pesaj, podría caer en algún momento en verano o incluso en invierno. Hoy en día, tenemos un calendario hebreo eterno que estipula cuándo se debe intercalar este nuevo mes pero en los tiempos del Talmud eran los sabios, y específicamente el Nasí, quién tenía que determinar si se debía o no intercalar un mes más al año.
La vergüenza: El Talmud determina que mediante el testimonio de siete, y sólo siete, testigos se debe decretar el Ivur Hashaná. Se cuenta la historia que Rabán Gamliel manda a llamar a siete personas para que determinen si se debe o no intercalar un año pero finalmente suben ocho personas. En un momento se dan cuenta de que hay un hombre de más y dicen "el que subió sin permiso que baje", Shmuel HaKatán asume la culpa y baja (para determinar cuestiones del cosmos subían a una colina para observar mejor el cielo). Luego de un tiempo le preguntan si él fue el que se equivocó y subió sin permiso y él contesta que no, que lo hizo para que quien lo había hecho no sienta vergüenza. Y esta es la cualidad de un jasid, de un piadoso, como lo fue Shmuel HaKatán, que antepone su nombre para que otro no sienta vergüenza por su equivocación.
Otra historia: En relación a lo anterior se cuenta que cierta vez en la casa de estudios en el Beit Hamidrash, a alguien se le escapa un pedo (disculpen el lenguaje pero no conozco otro y así lo dice la guemará). Alguien que había comido ajo, al parecer, apestó todo el lugar. El Rab que estaba dando la lección dice que quien haya comido ajo debe abandonar la sala, Rabi Jía se levanta y se va. Al otro día un sabio se encuentra con Rabi Jía y le pregunta si el era el que había comido ajo y el contesta "que no haya alguien así en Israel", significando que el nunca comería ajo. ¿Por qué lo hizo? Para no poner en vergüenza a quien lo había hecho sin intención.
La última historia: Se cuenta que Rabi Jía aprendió esta actitud de Rabi Meir quién la aprendió de Shmuel HaKatán y él de otro personaje de la Mikrá y este último lo aprendió o bien de Ioshua o bien de Moshe. ¿Cuál es la historia de Rabi Meir? Un día, una muchacha va hacia su casa de estudio y dice que un hombre la desposó a través de sexo (una de las formas de "adquirir" a una mujer es a través de una relación sexual leshem kidushin, en nombre del casamiento). Inmediatamente Rabi Meir le escribe una carta de divorcio y se la da, lo mismo hacen todos sus alumnos. Es obvio que Rabi Meir no era el que había cometido el hecho pero para no poner en vergüenza a alguno de sus alumnos el da el primer paso, que luego es imitado por los demás, y le entrega la carta de divorcio. A partir de ésto, la mujer queda libre para casarse con otro hombre ya que alguna de todas aquellas cartas de divorcios era la "verdadera", aunque nunca se sabrá de quién fue. Estas historias nos enseñan una midá, una cualidad, de los piadosos. Los jasidim anteponen su nombre y su persona frente a la vergüenza de los demás. No dejan que otro hombre pase vergüenza si ellos pueden evitarlo.
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