En nuestros días solemos "lavarnos" las manos de forma ritual antes de comer únicamente pan. Muchos lo hacen únicamente antes de comer la Jalá durante Shabbat o los días festivos pero verdaderamente según la tradición judía cada vez que comemos pan, incluso durante la semana, debemos lavarnos las manos. Este lavado de manos se remonta a los tiempos del Templo de Jerusalén y una noción que las comidas debían comerse en un estado de pureza físico. Las manos, que constantemente iban tocando cosas, debían estar limpias y puras a la hora de comer. Existían en aquel momento, unos dos mil años atrás, dos formas de limpiarse las manos: Netilat Yadaim y Tevilat Yadaim.
Netilat Yadaim, la forma que hoy tenemos para lavarnos las manos, era la que se utilizaba a la hora de comer Julin (carnes no utilizadas para los sacrificios), los alimentos del Maaser (Diezmo) y de la Trumá (la porción del diezmo destinada a los sacerdotes). Quien se disponía a comer este tipo de comida debía hacer Netilat Yadaim, es decir, vestirse pequeñas cantidades de agua en una mano y en la otra a partir de un recipiente. Hoy en día la halajá antes de comer pan es verter agua desde un recipiente primero en una mano, luego en la otra y repetirlo una vez más (por influencia de los místicos hay quien lo hace tres veces en cada mano en vez de dos).
Tevilat Yadaim, la otra forma de lavarse las manos era para comer del Kodesh, de las carnes y de otros sacrificios entregados en el altar. La forma de hacerlo era sumergir las manos en una fuente de agua pura (como el agua de la Mikvé). Hay quienes repetían esta acción más de una vez. Esta forma era considerada como más elevada y solamente utilizada para las comidas más "sagradas". Para todo lo demas bastaba con la purificación de Netilat Yadaim.
Recuerden la próxima vez antes de comer pan aparte de lavarnos las manos por higiene continuemos la tradición judía de limpiarnos las manos de forma ritual para disponernos a comer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario