Ein bein... no hay entre. No hay diferencia, nos dice la Mishná, entre los Tefilin/Mezuzot con los Sifrei Torá salvo que la Torá puede ser escrita en cualquier idioma mientras que los primeros deben ser escritos solamente en hebreo y con la tipografía asiria (ashurit). Al parecer ciertos escritos sagrados podían ser escritos en cualquier lengua vernácula, para que la gente pueda comprender cuando se lo lee en público, mientras que otros textos que no se leían, sólo eran usados con fines rituales (Tefilin o Mezuzot) debían estar escritos solamente en hebreo. La tipografía asiria es el estilo de letra que hasta el día de hoy utilizamos en el hebreo. Esta letra fue una incorporación de la comunidad judía en su exilio a Babilonia (es decir "Asiria") y los rabinos-fariseos obligaban a utilizar este tipo de escritura en contraposición a los samaritanos que seguían usando la tipografía hebrea antigua.
El griego. El idioma vernáculo de los judíos en los tiempos de la Mishná era el arameo o el griego. Raban Shimon ben Gamliel, y luego los sabios en la Guemará, enfatizan que no se puede traducir la Torá para ser leída en la sinagoga sino al griego. Las únicas lenguas validas para la lectura pública de la Torá eran el hebreo y el griego (sí, en la sinagoga un Shabbat por la mañana se podía leer la Torá directamente en griego). La importancia de la lengua griega y la aceptabilidad para ser utilizada para las lecturas sagradas esta basada en la interpretación alegórica de un versículo bíblico (Bereshit 9:27). Allí, los rabinos interpretan, se dice que Iafet (aquel pueblo que dio origen a los griegos) va a habitar en las tiendas de Shem (pueblo que dio míticamente origen a los semitas, ergo a los judíos).
Maasé Talmai Hamelej. ¿Cómo fue traducida la Torá al griego? Si se podía escribir una Torá en griego y ser utilizada para los servicios su traducción no podía ser "humana" ya que toda creación humana es susceptible del error. La traducción debía ser divina. Por este motivo los sabios crean un famoso mito, muy popular en la antigüedad, sobre como llegó a traducirse la Torá del hebreo al griego. En el siglo III a.e.c había un rey en Egipto cuyo nombre era Talmai (Ptolomeo II) esté era un hombre que amaba la literatura universal y por ese motivo le pidió a 72 sabios de Israel que tradujeran la Torá al griego (está será la primer traducción de la Biblia). Puso a cada sabio en un cuarto, sin comunicación entre ellos. Dios, para evitar que los "herejes" interpretaran mal ciertos pasajes de la Torá que pueden dar a la confusión les dio a cada uno en su corazón un "consejo" y todos tradujeron aquellos pasajes ambivalentes de la misma forma. Por ejemplo: en vez de traducir, como literalmente debía haber sido, "hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza" todos escribieron "haré al hombre a imagen y semejanza". Esto lo hicieron para evitar que los herejes crean que la Torá acepta la existencia de más de un Dios. Este es el mito sobre el cual se funda la posibilidad de leer la Torá en griego, como si fuera del hebreo.
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