viernes, 8 de febrero de 2013

Kidushin 17 - Repartición de ganancias

Si se vendiere a ti tu hermano hebreo o hebrea, y te hubiere servido seis años, al séptimo le despedirás libre. Y cuando lo despidieres libre, no le enviarás con las manos vacías. Le abastecerás liberalmente de tus ovejas, de tu era y de tu lagar; le darás de aquello en que Adonai te hubiere bendecido. (Devarim 15:12-14)

Ya habíamos establecido que según la Torá y el Talmud la esclavitud no puede ser eterna. El tiempo en el cual uno está sometido a los tiempos de otros nunca puede ser eterno. Poder darse a uno mismo sus propios tiempos es el comienzo de la libertad. En este sentido es que la Torá, como pueden ver, dictamina que un esclavo hebreo sólo puede serlo por el lapso de seis años, luego debe salir en búsqueda de la libertad. Sin embargo si estos hombres o mujeres cayeron en la esclavitud fue seguramente porque no contaban con medios para subsistir y si al salir en libertad no tienen medios con los cuales comenzar una nueva vida indefectiblemente deberán venderse como esclavos nuevamente. Por este motivo la Torá comanda que cuando uno libera a un esclavo no lo debe dejar salir con las manos vacías. 

El Talmud, como buen libro sobre el derecho, intenta delimitar cuánto exactamente y qué en particular debe proveerle el amo a su esclavo cuando sale en libertad. Primero hay una gran discusión sobre cuánto se le debe dar en concepto de dinero: algunos dicen 30 Selaim, otros 50 y  otros 25, etc; sin embargo finalmente el Talmud dictaminará que al dejar a un esclavo en libertad no se le debe dar dinero ni prendas sino que se le deben entregar ganados, granos y vides. Todas cosas que crezcan por si mismas. El dinero y las ropas, objetos valiosos sin duda, no proporcionan nada por si mismos, no se reproducen ni crecen, sin embargo el ganado crece, los granos cosechan y las vides dan sus frutos. Al dejar a los esclavos en libertad el amo debía asegurarse que ellos tengan los elementos necesarios para seguir creciendo y para que nunca más tengan que volver a la esclavitud.

Ahora bien ¿Cuánto exactamente de granos, ganado y vides le debía entregar? En el último versículo que citamos al comienzo está la respuesta. Uno debe darle al esclavo un porcentaje de todo aquello con lo cual el dueño fue bendecido durante los seis años que el esclavo le sirvió. Si en esos años el amo ganó millones le debe dar un gran porcentaje a su esclavo cuando adquiera la libertad, sin embargo, si sus ganancias fueron escasas lo que tendrá que darle también será más moderado. Todo de acuerdo a como Dios lo hubiera bendecido. 

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