miércoles, 5 de diciembre de 2012

Rosh Hashaná 14 - Hillel y Shamai

En el último de los cuatro años nuevos tenemos una disputa. En el mes de Shvat es el año nuevo de los árboles (y sus frutos). No obstante, en la Mishná hay una discusión entre Shamai e Hillel. El primero opina que este año comienza el primero de Shvat, mientras que Hillel afirma que empieza el 15 de ese mes (en la festividad que hoy conocemos como Tu BiShvat). Por esto último sabemos que, como de costumbre, la halajá queda como Bet Hillel. No obstante observamos algo particular que ocurre en esta ocasión.

Se cuenta que Rabi Akiva, en cierta oportunidad, un primero de Shvat tomó de un árbol de etroguim (aquella fruta cítrica que utilizamos para Sucot) algunos frutos para el Maaser (el diezmo fijado por la Torá). Lo curioso es que no tomó etroguim para un solo maaser sino para el maaser (el diezmo) de dos años distintos. Por un lado, siguiendo la opinión de Hillel (que afirmaba que el 15 de Shvat comenzaba un nuevo año para los árboles) al tomar del árbol un primero de Shvat dio el diezmo para el Maaser Sheini, el diezmo que se debía hacer todos los segundos años luego del año de la Shmitá (del año de reposo de la tierra). No obstante, algunos frutos que tomó ese primero de Shvat, siguiendo la posición de Shamai (que consideraba que ese día ya cambiaba el año para los frutos) los dio para el Maaser Ani, el diezmo que se daba el tercer año para los más necesitados del pueblo de Israel. En este extraño episodio Rabi Akiva utiliza la indecisión de la Mishná para en un mismo momento realizar dos diezmos (que correspondían a dos años diferentes).

Esta historia da origen a un dictum muy interesante y trascendente del Talmud que paso a traducir, reproducir y comentar. "La Halajá se fija siempre según la posición de Bet Hilel". Después de escuchar el Bat Kol, aquella Voz Divina que se le manifestaba a los sabios del Talmud, no hay dudas que siempre que hay una disputa la Halajá no debe quedar como Shamai sino que debe quedar como Hillel (como es el caso de Tu BiShvat). Hoy día nadie puede fijar la halajá como Shamai, siempre debe hacerse como Hillel. No obstante el Talmud continúa diciendo qué ocurría antes que ese Bat Kol anunciase que la halajá siempre debía quedar como Hillel. "Quien quiera seguir la halajá de Shamai puede hacerlo, quien quiera seguir la halajá de Hillel puede hacerlo también". Antes del anuncio divino cada comunidad, cada sabio podía optar. Si quería seguía la posición de Shamai y si querían tomaban la posición de Hillel. Al parecer había mayores libertades. 

Aquí viene lo más hermoso del dictum talmúdico: "Quien adopta las posiciones más laxas o permisivas (Kulot) de Shamai y las más laxas o permisivas de Hillel es considerado un Rashá (malvado)". El Talmud es enfático al afirmar que uno es considerado un malvado si elige la decisión de un rabino por ser la más laxa. Si uno varía y va eleigiendo qué posición seguir por ser la más flexible o la más permisiva es considerado por la tradición judía como un malvado. Es como quien dice que uno quiere siempre zafar, buscando siempre la opción más sencilla. Y eso para la tradición de Israel es ser un Rashá. Sin embargo el Talmud continúa: "Quien adopta las posiciones más estrictas (Jumrot) de Beit Shamai y las más estrictas de Hillel es como un tonto que camina en la oscuridad". Elegir por otro lado siempre las opciones más estrictas y severas es ser un tonto que actúa ciegamente. Ser estricto "porque sí" es ser un tonto. E incluso más, un tonto que camina en la oscuridad, en una situación que nadie lo puede ayudar. 

Para finalizar el Talmud concluye diciendo: "Si vas a adoptar la posición de Bet Shamai que sea tanto en sus opiniones estrictas como en las permisivas y si vas a tomar la posición de Bet Hillel que sea tanto en sus decisiones permisivas como en las estrictas". En definitiva no seas como aquellos bicéfalos que van cambiando de rabino y de autoridad por conveniencia. No busques siempre al más estricto ni al más permisivo. Elegí un rabino, una comunidad o una forma del ser judío y vivila al máximo. Elegí a tu Shamai o a tu Hillel, pero como escribe Albert Camus, llega el momento en el cual todo hombre debe hacerse hombre y elegir. Uno es libre pero la libertad viene con la condición de animarse a elegir. 

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