Ya hemos visto todas las transgresiones que conllevan el castigo de Makot (azotes). Ya hemos visto que son 39 latigazos y no 40 como establece la Torá. Ahora al final del tratado de Makot la Mishná y luego la Guemará en mayor detalle nos explicarán como era todo el procedimiento de las Makot. El mismo es descripto con sumo detalle y es un tanto morboso o sanguinario por ende si sos sensible saltéate este post... empecemos.
Al transgresor se lo ataba con dos manos a un poste. El líder de la congregación (Jazan HaKneset, no el que canta en nuestras sinagogas hoy...) lo desvestía hasta que se le vea el pecho. Allí se paraba detrás de él sobre una piedra y con un látigo con "cuatro" extremos hecho de la piel de terneros y burros (por un versículo de Isaías 1:3 según el Talmud) se lo azotaba. El transgresor debía estar reclinado, ni parado ni sentado, y quien lo golpeaba lo hacía una vez en la parte delantera del pecho y dos en la espalda. Mientras lo azotaba los jueces repetían tres versículos bíblicos que hablaban sobre el cumplimiento de los preceptos y la misericordia de Dios (siendo el último de los versículos luego de cada tanda de tres el que hasta el día de hoy utilizamos para abrir la plegaria vespertina, Salmos 78:38). El más importante de los jueces recitaba aquellos versículos, el segundo contaba la cantidad de azotes y el tercero le gritaba al líder de la congregación "golpeadlo". Este era el procedimiento. Los sabios trataban de ser muy meticulosos para que el transgresor no muera como consecuencia del castigo por lo cual evaluaban su aptitud física, como ya dijimos, antes de recibir los azotes. Quien lo golpeaba si le daba la cantidad de latigazos estipulaba e igual el transgresor fallecía no era culpable sin embargo si se excedía este debía exiliarse a una de las ciudades refugio. La Mishná plantea que más allá del desgaste físico y el estar "cercano a la muerte" o la perdida de conciencia otro motivo para parar los latigazos era si el transgresor se orinaba o defecaba al ya no poder contenerse.
Antes de concluir vale la pena recordar que los castigos dispuestos por la Torá y expandidos por los Rabinos no han sido utilizados (excepto en casos muy marginales) en la tradición judía por lo menos en los últimos 1900 años...
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