Al Talmud le gusta ir a los detalles. A los sabios le gusta analizar todas las posibilidades y poner a prueba todas las hipótesis. Cabe mencionar que para la época de la Mishná y el Talmud ya las ciudades de refugio (si alguna vez funcionaron, algo de lo que no tenemos evidencias históricas ni arqueológicas) habían dejado de existir tiempo atrás. Todos los debates y argumentaciones son entonces meramente teóricos. Dentro de los detalles que los rabinos expanden y que no son presentados en la Torá en relación a las leyes de las ciudades refugio esta ¿Qué sucede cuando un asesino involuntario una vez que encontró refugio en una de las ciudades de refugio comete otro asesinato involuntario dentro de la ciudad? ¿Qué debe hacer? ¿A dónde se debe ir? La Mishná lo resuelve pragmáticamente: se debe mudar de un barrio a otro dentro de la misma ciudad de refugio. Debe hacer un exilio dentro del exilio. ¿Y qué pasa si el que asesinó involuntariamente es un Levi? Cabe recordar antes de responder a esta pregunta que las ciudades de los levitas servían también como ciudades refugio aparte de las seis ciudades específicamente destinadas para tal fin. Es más el Talmud nos dice que durante los cuarenta años del desierto, antes de que se construyan estas ciudades de refugio, si durante la travesía alguien asesinaba a otra persona sin intención debía exiliarse en el campamento de los levitas. Volvamos, sin embargo, a la pregunta ¿Dónde se exilia un levita que mató sin intención a alguien en su ciudad? Fácil: Se debe ir a otra ciudad levita. Como verán los rabinos tenían respuesta para (casi) todo.
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