Comenzamos aquí un nuevo capítulo del tratado de Jaguigá. Este capítulo comienza con una Mishná muy famosa que da nombre a todo el capítulo “Ein Dorshin” (No exponemos). Está Mishná nos dirá que hay ciertos temas que no se deben exponer, enseñar o explicar frente a un gran número de personas. Por ejemplo se nos dice que las leyes sobre relaciones sexuales prohibidas (Araiot) no pueden ser explicadas con tres personas, la tematica de la creación (Maase Bereshit) con dos, y el pasaje mísitco de la visión de Ezequiel (Maase Merkava) ni si quiera con uno mismo (a menos que uno sea un sabio y comprenda las cosas por su propia cuenta).
Está Mishná es díficl de comprender por dos motivos (1) ¿Por qué estos temas no pueden ser explicados o enseñados frente a un grupo mayor de personas? (2) La sintaxis de los números y cuántas personas realmente pueden o no pueden estudiar conjuntamente cada uno de estos temas.
El Talmud intentará comprender más profundamente la Mishná y responden primero a la segunda pregunta que nos hicimos. La Mishná dice “Ein Dorshin… beShosha...beShnaim... beIajid”, es decir, “No exponemos con tres, con dos ni individualmente…”. Esto querría decir que tres personas no pueden estudiar juntos el tema de Araiot, dos personas no pueden estudiar juntos el Maase Bereshit y una persona no puede estudiar individualmente Maase Merkavá. Esta lectura trae varias complicaciones por lo cual el Talmud sugiere que en realidad en vez del prefijo be (con) se debe leer le (a). Es decir “Ein Dorshin… LeShlosha”, de esta forma a la ecuación se le suma una persona en cada una de las categorías. Para dar un ejemplo un profesor no puede enseñarle a tres personas sobre relaciones sexuales prohibidas (teniendo así un total de cuatro y no tres).
Ahora bien ¿Por qué estos temas no pueden ser explicados frente a un gran número de personas? El Talmud intentará explicar cada uno de estos tres temas de forma separada y por criterios diferentes. Por ejemplo nos dirá que sobre el tema de las relaciones sexuales prohibidas, como el ser humano desea y es atraído por estas, si un profesor le esta enseñando a tres personas una puede estar prestando atención y los otros dos pueden empezar a conversar entre ellos perdiéndose así la explicación del maestro y corriendo el riesgo de cometer luego alguna transgresión. En mi humilde opinión el motivo por el cual los sabios no quieren que estos temas sean discutidos frente a muchas personas es por la sensibilidad de los mismos. Son temas complejos, esotéricos alguno de ellos, que deben ser estudiados en profundidad y “no son para cualquiera”. Los sabios de alguna forma consideran que ciertos temas no son para enseñar públicamente frente a una gran audiencia ya que la complejidad y sensibilidad de su contenido pueden ser malinterpretados por el oyente.
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