La Guemará continúa en una larga Sugya sobre si a ciertas transgresiones le corresponde la pena de Makot (39 latigazos) o una multa económica (Knas). La Guemará suma ahora un nuevo concepto a esta larga discusión: la Hatraá (advertencia). Los sabios advierten que en términos generales ningún castigo físico (ya sean latigazos o pena capital) puede ser aplicado a menos que la persona haya sido advertida que lo que estaba por hacer consistía en una transgresión bíblica. Los sabios insisten que la advertencia no debe ser hecha con años, meses, semanas o días de antelación, incluso si la misma fue hecha unas horas antes no es valida. Según la legislación rabínica la Hatraá para ser valida debe ser hecha instantes previos (Toj Kedei Dibur) a la transgresión ya que el transgresor puede aducir que se olvidó de la advertencia si la misma es hecha con más antelación.
La pregunta es ¿Por qué los sabios ponen tantas restricciones en torno a los castigos corporales? Primero nos dicen que nadie puede ser castigado (corporalmente) sin haber sido advertido y después nos dicen que la advertencia tiene que ser hecha segundos antes de cometer la transgresión. ¿Qué sentido tiene? Entiendo que esta es la forma rabínica de limitar al máximo posible los castigos corporales tan populares de la Biblia. En la Torá los castigos más comunes son los físicos, casi todas las transgresiones enumeradas en la Biblia tienen como consecuencia algún tipo de castigo corporal. Nuestros maestros hace 2000 años no podían borrar aquellos versículos bíblicos pero sí podían limitar su aplicación. Por otro lado los sabios se aseguraban de esta forma que quien transgredía lo hacía realmente a conciencia y no por error o por omisión. El transgresor si era advertido segundos antes era plenamente consciente que su acto consistía en una transgresión a la ley bíblica.
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