La Mishná (1:1) advierte que la Sucá debe tener un mínimo de alto de 10 tefajim (puños), es decir un metro aproximadamente. Está es la altura mínima. En nuestros folios del día de hoy la Guemará, como es costumbre, se pregunta de donde aprendemos está medida mínima. La primera respuesta es que esto se remonta a las medidas del tabernáculo en las cuales el Aharon (Arca) medía 9 tefajim y su Parojet (cortina) un tefaj más y de esta forma tenemos los 10 tefajim. Sin embargo algo lo más interesante es lo que viene después de está disquisición legal. El Talmud trae una Braita en nombre de rabí Iosi que dice así: "La presencia divina (Shejina) nunca descendió ni tampoco Moshé ni Eliahu ascendieron al cielo". Está enseñanza encuentra su apoyatura textual en los Salmos (115:16): "Los cielos son los cielos de Dios; Y ha dado la tierra a los hijos de los hombres." Según la tradición talmúdica cada vez que se habla de que la presencia divina descendió a la tierra siempre lo hizo hasta 10 tefajim del suelo, ese es su límite. Y lo mismo ocurrió con Moshé y Eliahu cuando ascendieron, siempre se mantuvieron por debajo de los 10 tefajim. Está medida simboliza la separación que existe entre el reino de los Cielos en donde reina Dios y la tierra donde es el hombre quien gobierna. Según está interpretación talmúdica cada uno tiene su espacio, Dios tiene el suyo y los seres humanos el propio. ¿Y cuál es ese límite que ninguno sobrepasa? La altura mínima de la Sucá.
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