miércoles, 15 de febrero de 2012

Sanhedrín 20 - Los muertos del rey

Ayer hablamos sobre los muertos del Kohen Gadol, hoy una nueva Mishná nos presenta la situación sobre los muertos de los Melajim, los reyes de Israel. La primera fuente nos dice que un Rey, más allá que no tenga una función de culto particular, no debe salir de su palacio para acompañar la caravana fúnebre de alguno de sus siete familiares próximos (llamados en hebreo krobim. Estos son: padre, madre, hermano, hermana, hija, hijo y conyugue). Sin embargo Rabi Iehudá dice que puede salir y acompañar tranquilamente a la caravana ya que así lo hizo el Rey David con Avner. Los sabios del Talmud nos dicen que no debemos tomar esto como un ejemplo ya que David lo hizo simplemente para aplacar al pueblo que pensaba que él había mandado a matar a Avner. La halajá queda como el sabio anónimo. Los reyes deben cumplir todas las leyes de duelo (hijlot avelut) excepto la de acompañar a la caravana fúnebre.

Las mujeres y el muerto: El Talmud nos dice que en los lugares donde las mujeres suelen ir a la delantera de la caravana, con el cajon detrás, pueden hacerlo. Rabí Iehudá es más enfático diciendo que las mujeres siempre deben liderar la caravana pero en el Shuljan Aruj, 10 siglos después, se nos dice que como costumbre las mujeres deben ir detrás del cajón y no delante. Aquí vemos que las posiciones rígidas se construyen con el tiempo pero que en el Talmud encontramos visiones mucho más flexibles y laxas.

Costumbres de duelo (Minagei avelut): El duelo es un momento muy difícil en nuestras vidas, un momento trascendente y de fuertes cambios. Todos, tarde o temprano, pasamos a ser deudos. Como todo momento trascendental de la vida, la tradición judía tiene un sinfín de leyes y costumbres para acompañar a los deudos en su momento de tristeza. Algunas aparecen en nuestra hoja del día. El rey, y cualquier otro hombre o mujer que esté de luto, se debe sentar la primer semana es una silla/sillón bajo como señal de duelo. No se debe sentar directamente en el suelo pero sí debe sentarse más abajo que donde habitualmente se sienta. Había una antigua costumbre, que cayó en desuso inmediatamente la edición del Talmud fue concluída, que cuando moría un familiar todas las camas de la casa debían ser invertidas. Se debía dormir sobre el “lado de abajo” de la cama. Otra señal de duelo, muy significativa por cierto, que se prolonga hasta nuestros días es la que se conoce como Seudat Habraá, la primer comida que come un deudo luego de enterrar a su muerto. Cuando pasamos por un momento doloroso no tenemos la fuerza para realizar trabajos por nuestra propia cuenta, muchas veces se nos cierra el estomago también. Por este motivo es una Mitzvá de la propia comunidad y de los amigos del deudo la de preparar y servir la primer comida luego de enterrar a su difunto. Hoy en día se acostumbra a servir un huevo, representando la circularidad de la vida.

Nueva Mishná! El rey y sus guerras: A una guerra optativa (miljemet reshut) se debe salir con el consentimiento del Sanhedrín Gdolá. En el libro de Shmuel I capitulo 8 el profeta Shmuel asusta al pueblo que quiere poner un rey sobre ellos. Le dice al pueblo de Israel que si quieren un rey ellos van a tenerlo y que Ds va a designar a uno, pero que este rey va a tomar a sus mujeres, va a cobrarles impuestos, va a mandarlos a la guerra, etc. Los sabios del Talmud se preguntan si todas estas cosas que allí se expresan puede el rey llevarlas acabo o simplemente fueron un recurso lingüístico y persuasivo de Shmuel para evitar poner un rey sobre Israel. Rab sigue esta segunda línea, diciendo que Shmuel sólo lo hizo para atormentar al pueblo y que se asusten. Por el otro lado Rab Shmuel nos dice que el rey puede hacer todas las cosas que allí se expresan. ¿Cómo creen que queda la halajá? De manera extraña, por lo menos para mí, Rab Shmuel termina ganando la discusión. El rey queda habilitado para hacer todo lo que allí se expone.

Los tesoros: Cuando van a la guerra ¿Quién se queda con los tesoros? De manera significativa y en contraste con recién estudiado, el rey, como muchos podrían suponer no se queda con todos los tesoros de la guerra. Al salir a la guerra, desde los tiempos bíblicos, se decreta que los tesoros reales son dominios del rey. El resto de los tesoros encontrados se reparten: una mitad para el rey y la otra mitad en partes iguales para todos los hombres que salieron a la guerra. Hoy en día podemos pensar que no es el porcentaje más justo pero si tomamos en cuenta que esta ley tiene más de 3000 años debemos sospechar que en su momento fue más que justo!

3 mitzvot: Rabi Iheudá nos dice que al pueblo de Israel le fueron encomendadas tres Mitzvot una vez que hayan conquistado la tierra de Israel. Las tres mitzvot son: Poner un rey, terminar con la simiente de Amalek (el enemigo eterno de Israel) y edificar un Beit Habejirá, una casa que sirva como santuario y lugar de culto. La primera de ellas, el pueblo de Israel la consigue con la asunción de Shaul, el primer rey de Israel. La segunda, la destrucción definitiva de Amalek, no se consiguió del todo. La última se cumplió con Shlomó, el hijo de David, cuando construyó el Beit Hamikdash.     

No hay comentarios:

Publicar un comentario