jueves, 16 de enero de 2014

Baba Batra 34 - El dilema del barco

Contexto: Seguimos con las disputas entre dos personas en torno a quien es el dueño legitimo de tal o cual propiedad u objeto.

Escena: En está ocasión el Talmud nos presenta un dilema que tienen dos hombres sobre un barco. Se cuenta que dos hombres dicen ser dueños de un mismo barco, uno dice "el barco es mío" y el otro dice "el barco es mío". Ninguno tiene pruebas que certifiquen que es el dueño legítimo de la embarcación. No hay testigos, no hay jasaká ni titulos de propiedad.

La historia continúa y uno de los dos hombres que dice ser dueño del barco va hasta el Beit Din (tribunal rabínico) y le pide a los jueces que retengan en su juzgado la propiedad del barco. Esto se debe a que aquel litigante tenía miedo que su contrincante en la mitad de la disputa vendiese el barco. ¿Qué es lo que debe hacer el Beit Din? ¿Puede aceptar retener la embarcación? Rab Huna sostiene que sí mientras que Rab  Iehuda dice que no. El primero argumenta. Rab Huna sostiene que sí ya que creemos que el hombre tendrá éxito encontrando a los testigos que certifiquen que el barco a él le pertenece, mientras que Rab Iehuda duda sobre la posibilidad de que el hombre encuentre los testigos y si este es el caso el Beit Din no sabría a cual de los dos litigantes devolverle el barco.

 Finalmente el Beit Din decide retener el barco como afirmaba Rab Huna pero la predicción de Rab Iehudá se cumplió: el hombre no encontró testigos. Ahora el Beit Din se enfrentaba a otro dilema ¿Devuelve el barco o no lo devuelve? Por un lado debería devolverlo porque ellos lo retuvieron sólo bajo la condición que después lo devolverían, por el otro lado no deberían devolverlo porque sólo deberían hacerlo al dueño legítimo y este todavía no salió a la luz. Los sabios finalmente deciden devolver el barco pero... ¿A quién se lo devuelven? Aquí los sabios son pragmáticos y deciden hacerlo a quien presente mejores argumentos.

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