Estamos comenzando un nuevo capitulo del tratado de Ketuvot. El séptimo para ser más exactos. El mismo lleva por nombre "HaMadir" (el que juramenta). La primera Mishná trata sobre que se debe hacer cuando un hombre, por algún motivo no explicitado por los sabios, decide hacer un juramento y prohibirle a su mujer que tenga beneficio de lo que a él le pertenece. Imaginemos la situación: un hombre enojado con su mujer por algún motivo le dice en el momento de más enojo: "Juro que no te vas a beneficiar de nada de lo que yo poseo". Minutos después el hombre se arrepiente pero ¿Qué puede hacer? Ya hizo la promesa! Y según la tradición bíblica y rabínica las promesas y los juramentos no son tan sencillos de anular. Si él juró no darle nada no va a poder alimentar a su esposa hasta que no anule su promesa (algo que no es del todo sencillo pero esto es para otro post). Nuestra Mishná nos da dos soluciones. La primera es que él hombre puede poner un "Parnas" (encargado-supervisor) para que él alimente a su mujer todo el tiempo que el juramento sea valido. Sin embargo después de un mes si el hombre no consiguió (o no quizo) anular su promesa, él esta obligado a darle el divorcio a su mujer.
La Guemará encuentra muy problematica está situación ya que por un lado es similar a algunas Mishnaiot que ya vimos en el capítulo anterior sobre que sucede si la mujer le dice al marido que ella no quiere realizar las tareas domesticas a las cuales está obligada por Halajá o por ejemplo si él decide no tener relaciones sexuales con su mujer por una X cantidad de tiempo (algo que él también esta obligado por la Halajá). De manera rebuscada nuestra Guemará explica que si bien hay similitudes está es una situación un tanto especial y por eso era necesaria redactarla en una Mishná diferente. El otro gran problema que encuentra la Guemará, que para quien este ya acostumbrado al estudio del Talmud debería haberse percatado ya, es ¿Cómo puede ser que el marido mismo disponga de un Parnas (encargado-supervisor) para alimentar a su mujer? ¡Es como si el mismo le estuviera pagando ya que según la tradición rabínica Shlujo KeMoto (un enviado tiene el mismo estatus que la persona que lo envió)! Nuevamente el Talmud encuentra una solución explicando que verdaderamente no se trata de un emisario dispuesto por el marido sino que el marido dijo simplemente: "Quienquiera que la alimente no perderá dinero". En otras palabras no puso un encargado para que alimente a su mujer directamente pero dijo frente a un público aquella frase para que alguien comprenda que si esa persona le da dinero a la mujer de este, este mismo luego le pagará a él (sin embargo según el Rosh el marido no está obligado a pagarle a esta terecera persona).
Como ven los sabios (casi) siempre encontraron una forma de esquivar una promesa... sin embargo siempre es mejor prevenir que curar por lo cual tené cuidado con lo que decís y por la dudas no jures!
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