jueves, 28 de noviembre de 2013

Baba Batra 18 - Mazik y Nizak

En el último post establecíamos que ciertos productos o sustancias debían situarse a una distancia mayor de 30 centímetros de la pared que divide las propiedades con el vecino. Ahora veamos algunos motivos de está ley. Ya habíamos dicho que por ejemplo el estiércol que emite feo aroma debe alejarse de la pared que divide ambas propiedades para evitar que el olor "invada" la propiedad vecina. El Talmud nos dice también que un horno o que un molino también deben construirse a cierta distancia de la pared del vecino. ¿Por qué? El molino porque su movimiento constante puede generarle un daño a la pared del vecino, mientras que el horno por cuanto su calor y vapor pueden también deteriorar la propiedad vecina. 

¿Quién debe moverse? Los rabinos consideran que el Mazik [quien genera el daño] es quien tiene la obligación de moverse de lugar, mientras que Rabi Iosei considera que es el Nizak [el dañado] quien debe moverse. Este intenso debate talmúdico encierra grandes preguntas que hasta nuestros días cada sociedad se debate. ¿Hay que alejar al "dañador" o al dañado? La opinión mayoritaria sostiene que si hay un elemento que vaya a dañar a otro es quien produce el daño quien debe relocalizarse. Si hay un pozo y yo voy a plantar un árbol cuyas raíces pueden dañar el pozo debo entonces alejar el árbol lo suficiente para asegurarme que no voy a dañar el pozo de mi vecino. Es el Mazik, quien daña, quien está obligado a impedir que esto ocurra. Rabi Iosi, sin embargo, considera que es el Nizak, quien sufre los daños, en este caso el pozo, quien debe relocalizarse. Esto ocurre, explicará después el Talmud, cuando el árbol, por ejemplo, había sido plantado antes que se construyera el pozo. Si el Mazik tiene precedencia temporal por sobre el Nizak es el segundo quien debe moverse. 


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