En una nueva Mishná se nos explica que si una viuda vende la propiedad del marido por el equivalente al valor de la Ketuvá la misma recibe su Ketuvá y luego no tiene más reclamos para los herederos. Por ejemplo si la Ketuvá estaba fijada por un valor de 200 Zuz y la viuda vende algunas propiedades o pertenencias de su difunto marido por un valor de 200 Zuz entonces se considera como que ella cobró el 100 % de la Ketuvá que le corresponde y luego no puede reclamar ni un centavo más.
La Mishná detalla más el asunto y nos dice que si la mujer tenía una Ketuva de 200 Zuz pero vendió propiedades/bienes de un valor de 100 Zuz en 200 Zuz igual se considera como que cobró el 100 % de la Ketuvá y luego no puede reclamar. Igual es el caso si tenía una Ketuvá de 200 Zuz y vendió propiedades/bienes de un valor de 200 Zuz por 100 Zuz, aunque perdió 100 zuz se considera como que cobró el 100 % de la Ketuvá. Otros casos también se nos presentan en la Mishná pero quería por un instante detenerme en este último.
El Talmud analiza en más detalle este intrincado asunto y en ese contexto nos trae una pregunta y varias posibles respuestas. ¿Qué sucede si un emisario (sheliaj) recibe más dinero del estipulado por el dueño? Pongamos un ejemplo: Si una persona le dice a su emisario que vaya a vender una computadora de su propiedad por un valor de $100 dolares pero finalmente el comprador le dio (por el motivo que fuese) $110 dolares ¿A quién le pertenecen los 10 dolares de diferencia? Tres posibilidades nos ofrecen distintos sabios. Rabí dice que ese dinero le pertenece al Baal HaMaot (el dueño), Rabi Iehuda dice que todo le pertenece al Sheliaj (emisario) y Rabi Iosi sugiere que tienen que dividirlo mitad y mitad.
Ahora les pregunto ¿Cuál debería ser la ley? ¿Estan de acuerdo con Rabí, Rabi Iehuda o Rabí Iosi?
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