He aquí el fragmento principal de la Torá que guiará nuestro estudio sobre la mujer Sotá (adúltera). Lo expongo para comenzar todos con una base común y con un entendimiento general del tema:
5:11 También Adonai habló a Moisés, diciendo: 5:12 Habla a los hijos de Israel y diles: Si la mujer de alguno se descarriare, y le fuere infiel, 5:13 y alguno cohabitare con ella, y su marido no lo hubiese visto por haberse ella amancillado ocultamente, ni hubiere testigo contra ella, ni ella hubiere sido sorprendida en el acto; 5:14 si viniere sobre él espíritu de celos, y tuviere celos de su mujer, habiéndose ella amancillado; o viniere sobre él espíritu de celos, y tuviere celos de su mujer, no habiéndose ella amancillado; 5:15 entonces el marido traerá su mujer al sacerdote, y con ella traerá su ofrenda, la décima parte de un efa de harina de cebada; no echará sobre ella aceite, ni pondrá sobre ella incienso, porque es ofrenda de celos, ofrenda recordativa, que trae a la memoria el pecado.5:16 Y el sacerdote hará que ella se acerque y se ponga delante de Adonai. 5:17 Luego tomará el sacerdote del agua santa en un vaso de barro; tomará también el sacerdote del polvo que hubiere en el suelo del tabernáculo, y lo echará en el agua. 5:18 Y hará el sacerdote estar en pie a la mujer delante de Adonai, y descubrirá la cabeza de la mujer, y pondrá sobre sus manos la ofrenda recordativa, que es la ofrenda de celos; y el sacerdote tendrá en la mano las aguas amargas que acarrean maldición. 5:19 Y el sacerdote la conjurará y le dirá: Si ninguno ha dormido contigo, y si no te has apartado de tu marido a inmundicia, libre seas de estas aguas amargas que traen maldición; 5:20 mas si te has descarriado de tu marido y te has amancillado, y ha cohabitado contigo alguno fuera de tu marido 5:21 (el sacerdote conjurará a la mujer con juramento de maldición, y dirá a la mujer): Adonai te haga maldición y execración en medio de tu pueblo, haciendo Adonai que tu muslo caiga y que tu vientre se hinche; 5:22 y estas aguas que dan maldición entren en tus entrañas, y hagan hinchar tu vientre y caer tu muslo. Y la mujer dirá: Amén, amén. (Bemidbar)
La ley sobre la mujer Sotá, como pudieron leer, figura en el libro de Bemidbar. En resumidas cuentas la ley es la siguiente: si un hombre sospecha que su mujer es adúltera puede hacerla beber unas aguas especiales y si al tomarlas su vientre se hincha es que definitivamente su mujer se acostó con otro hombre pero si no hacen efecto, la mujer queda libre de sospecha y está libre de culpa. Desde nuestra perspectiva, éste será un texto bastante machista en ciertas partes. Ya desde un comienzo debemos saber que sólo el hombre puede celar (mekané) a su mujer y hacerla tomar de esa agua especial cuando sospecha un engaño mas la mujer no puede hacer lo mismo con su marido.
El Talmud comienza haciéndose una extraña pregunta ¿Por qué al tratado de Nazir (los nazareos que juraban entregarse a Dios y abstenerse de los placeres) le sigue el tratado de Sotá? Rabi nos enseña que esto ocurre para enseñarnos que quien ve a una mujer "promiscua" debe alejarse del vino [para no transgredir]. En otras palabras, quien ve a una mujer entregada uno debe abstenerse del vino (como lo hacen los nazareos) para no emborracharse, perder el juicio y terminar acostándose con ella.
Algunas reglas generales. Según la Mishná, para que la ley de la mujer Sotá (adúltera) se aplique, el marido debe antes advertirle a su mujer al respecto. Debe decirle "no hables con cierto hombre". Si ella simplemente habla con aquel individuo en particular su marido todavía puede tener relaciones conyugales con ella porque no se sospecha de adulterio. Vale aclarar que según la Torá si una mujer se acuesta con otro hombre mientras está casada, al marido le está prohibido volver a tener relaciones con su mujer y debe divorciarla inmediatamente. Sin embargo, si hay testigos, por lo menos uno, que den cuenta que esta mujer se encerró en algún lugar con aquel hombre "sospechado" el tiempo suficiente para tener relaciones, al marido le está prohibido acostarse nuevamente con su mujer y le debe dar de beber las aguas para dirimir la sospecha. Lo que aquí debemos resaltar es que según la Torá para que una ley de pena capital tenga efecto se le debe advertir previamente a la persona sobre su transgresión, si esto no ocurre la persona no puede ser juzgada.
¿El destino o nuestras acciones? ¿Qué determina a nuestra pareja? Según Reish Lakish al hombre sólo se le asigna una pareja de acuerdo a sus actos. Si es justo tendrá una mujer fiel (ergo no tendrá esté asunto de la mujer Sotá), si no es un hombre justo seguramente tendrá una mujer que no le sea fiel. Todo depende de sus actos. Sin embargo Rabi Iehuda disiente y dice que cuarenta días antes que alguien nazca la persona una voz celestial sale y anuncia quien será su pareja. Es decir: no depende de sus propios actos. En este caso un hombre justo podría haber sido emparentado desde el Cielo con una mujer que no le es fiel. Nuevamente aquí encontramos el machismo talmúdico: el hombre es el centro, el personaje central de la escena, la mujer simplemente es "emparentada" y "asignada" a aquel hombre.