רבי שמעון בן יוחי אומר: בוא
וראה כמה חביבין ישראל לפני הקדוש ברוך הוא. שבכל מקום שגלו - שכינה עמהן. גלו למצרים
- שכינה עמהן, שנאמר: +שמואל א' ב+ הנגלה נגליתי לבית אביך בהיותם במצרים וגו', גלו
לבבל - שכינה עמהן, שנאמר: +ישעיהו מ"ג+ למענכם שלחתי בבלה. ואף כשהן עתידין ליגאל
שכינה עמהן, שנאמר: +דברים ל'+ ושב ה' אלהיך את שבותך, והשיב לא נאמר אלא ושב, מלמד
שהקדוש ברוך הוא שב עמהן מבין הגליות.
Rabi
Shimon ben Iojai dice: "Ven y mira cuan amado es el pueblo de Israel por
el Santo bendito Sea. En todo lugar que ellos fueron exiliados, la Shejiná [la
presencia divina] estuvo con ellos. Cuando estuvieron exiliados en Egipto, la Shejiná
estuvo con ellos. Cuando estuvieron exiliados en Babilonia, la Shejina estuvo
con ellos. Y aún en un futuro cuando sean redimidos la Shejiná estará con
ellos... el Santo Bendito sea regresa con ellos de entre las diásporas.
La presencia divina acompaña al
pueblo de Israel. El maestro Rabi Shimon bar Iojai, activo luego de la
destrucción del Templo de Jerusalém en el año 70 d.e.c, la cual iniciaría el
más largo de los exilios del pueblo judío, nos recordaba que la presencia
divina, la Shejiná, siempre acompañará al pueblo judío.
Rabi Shimon bar Iojai reproduce
las palabras de consuelo de los antiguos profetas. La diáspora y el exilio no
es el fin del pueblo judío. La salida por la fuerza de la tierra prometida no
marca un divorcio entre su pueblo y Su Dios. El Eterno acompaña a su pueblo en
cada uno de los exilios, reposa su presencia en cada una de las comunidades en
las cuales los judíos se asienten durante su dispersión. Dios estuvo presente
en el primer exilio, el arquetipo, en Egipto. También estuvo presente durante
los años de horror que le siguieron a la conquista de Jerusalém por parte de
los babilonios. Y también, decía Rabi Shimon bar Iojai cuando le hablaba al
pueblo, la presencia divina se encontraba en aquel exilio, el cual duraría casi
dos mil años.
Dios no abandona a su pueblo
incluso en los momentos de mayor dolor; aun cuando nos encontramos lejos del
hogar Dios nos reconforta y en Él podemos
cobijarnos. Como un líder no abandona a su equipo en momentos de desesperación,
así tampoco el Dios de Israel abandona a su pueblo. Algo de esto, creo yo,
quería enseñaron nuestro antiguo maestro. Dios se manifiesta en los exilios a través de
su parte femenina –como dirían luego los cabalistas medievales- se manifiesta a
través de la Shejiná. Está es su parte femenina. Como una madre que lleva a sus
hijos en el útero, les da calor y los cobija; así se comporta Dios con su pueblo.
En la adversidad del exilio forzado Dios no hace uso de su fuerza masculina
para traer de vuelta a sus hijos al hogar (a la tierra de Israel) sino que los
reconforta y los consuela cual madre con sus hijos. El amor incondicional y la
paciencia son los atributos del Dios de Israel en el exilio.
Algunos intelectuales contemporáneos
utilizaron está imagen del Talmud para responder a la pregunta ¿Dónde estaba
Dios en la Shoá? Dios estaba allí junto a su pueblo en las cámaras de gas. Como
una madre acompañando a sus hijos en los momentos más difíciles de la historia.
Nada podía hacer Dios en aquellos momentos más que dar confianza, fuerza
espiritual y esperanza a sus hijos. Casi 2000 años después confiamos y deseamos
en que Dios haya vuelto a la tierra de Israel con sus hijos luego de la
creación del Estado de Israel. Sin embargo Dios entrará en sus casas y sus
ciudades solamente si sus ciudadanos deciden dejarlo entrar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario