viernes, 29 de junio de 2012

Sanhedrín 98 - Mashiaj II

Los sabios del Talmud continúan buscando e inquiriendo por "signos" que anuncien la llegada del Mashiaj. Recordemos aquí que los tiempos anteriores a la redacción del Talmud, en tiempos de la Mishná y las Sugot (siglo II a.e.c hasta siglo II d.e.c) eran momentos de mucha agitación por la llegada del Mashiaj. Los sabios estaban convencidos que esos eran tiempos "propicios" para la llegada del Salvador. En la historia hubieron muchos hombres que se adjudicaron ser el Mesías o que otros lo consideraban como el Mesías pero sólo "tuvieron existo" aquellos que vinieron en el tiempo y en el lugar adecuado. Esto explica el "éxito" rotundo de Jesus y el éxito parcial de Shabetai Tzvi. No en todas las generaciones el deseo mesiánico es fervoroso. La expectativa por la redención y la salvación aumenta en momentos de angustia, dolor y desesperación. La opresión de Roma, o bien la expulsión de los judíos de España o incluso la Shoa, abren la puerta a los gritos y clamores por la pronta redención de la humanidad (esto también nos ayuda a entender el "éxito" publicitario del último Rebe de Lubavitch, proclamado por muchos de sus seguidores como el Mesías). 

Jaké Lo. Rabi Iojanan habla sobre la espera y comenta que cuando uno ve a una generación llena de sufrimientos y martirios que vienen hacia ellos como el flujo del río, uno debe esperar. Uno debe tener la esperanza que la redención está pronta. Luego de hacer esta afirmación el Talmud agrega otra reflexión: Enseñaba Rabi Iojanan que el Mashiaj no llega sino en el momento de que toda la humanidad sea Zakai (inocente) o la misma sea totalmente Jaiav (culpable). En otras palabras, el Mashiaj llega en dos momentos: o cuando el mundo es un caos, lleno de dolor y sufrimiento por los asesinatos, las guerras, los robos y la corrupción de todos lo culpables, o bien, el Mashiaj vendrá cuando ya el mundo viva en paz. Cuando ya la humanidad aprendió a vivir con y para el otro, cuando ya sean todos inocentes. Nadie tiene sobre él la carga de una transgresión o un pecado. Rabi Iojanan nos da la posibilidad ¿Cuál elegimos? 

El Mashiaj llega hoy. Se cuenta la historia de Rabi Ioshua que cierta vez se sentó en las puertas de Jerusalém   y vio al Mesías. Este se le acercó y lo saludó. Rabi Ioshua le hizo la pregunta obvia: "¿Cuándo piensas venir (para redimir a la humanidad)?". El Mashiaj le contesta: "hoy!". Días después, Rabi Ioshua se encuentra con el profeta Eliahu y le dice que el Mashiaj le ha mentido, él dijo que vendría "hoy" y han pasado días y todavía no ha llegado. Eliahu le dice que el Mashiaj no mintió, el mesías dijo que vendrá "hoy, si escuchan Su voz" (Salmos 95:7). Cada instante es la puerta por donde puede entrar la salvación. El Mashiaj puede llegar hoy, sólo falta que escuchemos Su voz. 

¿Cómo soportar los dolores de parto antes de la llegada del Mashiaj? Esta misma pregunta se la hicieron los alumnos de Rabi Eleazar a su maestro. Y su respuesta fue: manténganse ocupados en el estudio de la Torá y procuren hacer buenos actos con sus semejantes. Torá y Maasim Tovim nos sostienen en los momentos de desesperación. Desde el inicio de la humanidad vivimos en los tiempos previos a la llegada del Mashiaj, hace miles de años vivimos en los Jevlei Mashiaj, en los dolores de parto, que darán a luz la salvación y la redención. La soledad, la alienación, el dolor, la corrupción, la mentira, la envidia, el hambre, la muerte y las persecuciones son parte de nuestra vida. Nosotros HOY vivimos en tiempos previos al parto de la redención. La salvación puede llegar HOY. El Mashiaj nos está esperando. La espera no es pasiva. Debemos construir un mundo diferente a través de la Torá y Maasim Tovim para abrirle la puerta al Mashiaj, para abrirle la puerta a la redención. Como decía Rabi Iojanan, podemos esperar que el Mashiaj llegue siendo todos culpables de nuestras transgresiones o bien que llegue por nuestros actos de amor y misericordia, siendo todos inocentes y "libres de culpa". 

Extras: ¿Cuál es el nombre que tendrá el Mashiaj? Algunos sabios dicen que será Shiló, otros dicen que Inon y otros Janina. Otro dato de color: El Talmud enfatiza que el Mashiaj llegará a Jerusalém en burro, cualquier similitud con algunos textos de la época no es mera coincidencia. 

jueves, 28 de junio de 2012

Sanhedrín 97 - Mashiaj I

Nuestra Guemará comienza definiendo términos. Nos dice que la generación del hijo de David, o sea la generación del Mashiaj (Mesías) descendencia de la casa del rey David, será llamada Bar Niflei, hijo de la caída. El mesías tendrá como apodo "el hijo del caído"¿Por qué lleva ese curioso nombre? El Talmud  nos da alguna idea. Antes de la llegada del Mashiaj, apuntan las fuentes clásicas como el texto que hoy estamos estudiando, el mundo estará lleno de dolores y sufrimiento. Antes de que reine la paz y la armonía en el mundo, la tierra vivirá años de angustia y guerras. En hebreo estos años se conocen como los Jevlei Mashiaj, los dolores de parto del Mesías. 

¿Cómo serán aquellos años previos a la llegada del Salvador? Los estudiosos y sabios se reducirán, la gente estará perdida y llena de angustia, se levantarán decretos duros contra toda la humanidad, dice el Talmud. En el último periodo de siete años, previo a la llegada del Mashiaj, el mundo será un "desastre". En el primer año no lloverá, en el segundo y en el tercero habrá mucha hambruna, hombres, mujeres, niños, justos y piadosos morirán y la Torá será olvidada. En el cuarto se regenerarán las abundancias mientras que en el quinto los hombres comerán, beberán y se regocijarán. En el sexto año se escucharán sonidos y ruidos provenientes del Cielo y finalmente en el séptimo año vendrá el Mashiaj

El Talmud continua esa descripción de forma más detallada: Anuncia que las ciudades de Israel serán destruidas y que la sabiduría se perderá del mundo. Upnei Hador Kepnei Hakelev - la cara de la generación será como la cara del perro, reza el Talmud. Los hombres, al igual que los perros, no tendrán vergüenza los unos con los otros. El mundo será un caos donde reine la desolación y el llanto. Rabi Nehorai dice que en la generación que precede a la llegada del Mashiaj los jóvenes insultarán a los ancianos y los ancianos harán reverencia ante los jovenes, los hijos no respetarán a sus padres, upnei Hador Kepnei Hakelev, repite el sabio. Rabí Itzjak sostiene algo más fuerte todavía y dice que el hijo de David no vendrá hasta que todo el mundo se convierta a las creencias de los herejes (sabios judíos del medioevo asocian a estos herejes con el cristianismo). El Mesías, dicen otros, no vendrá sino hasta el momento que la gente no tenga siquiera una moneda en su cartera. Para finalizar, otro sabio presenta la idea que el Mashiaj no vendrá sino hasta el momento que la esperanza de la redención desaparezca de la humanidad. Cuando ya todo se crea perdido ahí habrá de aparecer el Mesías, para regenerar las esperanzas de los desesperanzados. 

6.000 años dice Rabi Katina que el mundo existe y el séptimo milenio el mundo se encuentra destruído y desolado. Cada año de D-s, continua diciendo el Talmud, son mil años para el ser humano. D-s cada 6.000 años destruye el mundo y lo vuelve a crear, siendo el séptimo milenio un Shabat de mil años! Durante los primeros 2000 años de la humanidad reinó el caos (recuerden la torre de Babel, el asesinato de Hevel y las trasgresiones en la generación de Noaj), los otros 2000 años son tiempos de Torá (desde Abraham hasta el final de los tiempos de la Mishná) y finalmente los últimos 2000 años, en los años que nos encontramos nosotros, son tiempos de Jevlei Mashiaj, los tiempos de sufrimiento y dolor que anuncian la llegada del Mesías. Recordemos que según el calendario hebreo nosotros nos encontramos en el año 5772 (al fin del último tercio, muy cerca del "fin de los tiempos"!)

Rabi Iojanan decía "Devastados serán los huesos de los que calculan el fin (la llegada del Mashiaj, y el fin de los tiempos) porque estos dirán cuando se cumpla su cuenta que el Mashiaj no ha venido ni nunca vendrá, pero como está escrito en el Tanaj: aunque todavía no llegue debemos esperar". Esperar y no desesperar. Los tiempos previos a la redacción del Talmud, el siglo I, de la era común eran tiempos de intensos "ideales mesiancos". Recordemos tan solo la figura de Jesus o de Bar Kojva. La gente estaba esperando la llegada del Mesías, parecía que los acontecimientos que debían ocurrir antes de que llegue el Mesías se estaban generando: destrucción de ciudades (Jerusalem), gobiernos autoritarios y opresivos, muertes de decenas de millares, pérdida de sabiduría y de Torá. No obstante del Mesías nunca llegó. Es por eso que Rab dice que todas las fechas "predestinadas" acerca de cuando llegaría la redención ya han pasado y ahora la redención de la humanidad sólo depende de la Teshuvá (arrepentimiento) y de Maasim Tovim (buenas acciones). La llegada del Mesías no depende de fechas ni de catástrofes, depende de nosotros. Ya no es D-s sino el ser humano quien debe traer la paz y la armonía al mundo. Son nuestras acciones las que determinan el futuro de la humanidad. Allí radica la esperanza. Los tiempos del Mesías simbolizan el elemento propulsor de la cosmovisión judía de la historia. Es el mito de la posibilidad de esperanza. 

Les comparto un hermoso texto extraído de las tesis de la filosofía de la historia de Walter Benjamin: 

Seguro que los adivinos, que le preguntaban al tiempo lo que ocultaba en su regazo, no experimentaron que fuese homogéneo y vacío. Quien tenga esto presente, quizás llegue a comprender cómo se experimentaba el tiempo pasado en la conmemoración: a saber, conmemorándolo. Se sabe que a los judíos les estaba prohibido escrutar el futuro. En cambio la Torá y la plegaria les instruyen en la conmemoración. Esto desencantaba el futuro, al cual sucumben los que buscan información en los adivinos. Pero no por eso se convertía el futuro para los judíos en un tiempo homogéneo y vacío. Ya que cada segundo era en él la pequeña puerta por la que podía entrar el Mesías.

Extra. "Enseñaba Abaye: El mundo debe contener, en cada generación, no menos de 36 justos que tengan el honor de recibir la Shejiná (la presencia Divina) en ellos". Por estos 36 justos, el mundo se mantiene. El mundo debe contener en cada instante al menos 36 hombres o mujeres que no pierdan la fe, que no pierdan la esperanza de la redención. 

martes, 26 de junio de 2012

Sanhedrín 96 - Los hijos de los malvados

¿Son los hijos de Videla, de Hitler o de Stalin culpables de las barbaridades cometidas por sus padres? ¿Cómo actuamos ante alguien que porta el apellido de un asesino, de un violador o  de un dictador? La Torá presenta dos respuestas a este interrogante. Por un lado nos dice que los hijos cargan con los pecados de sus padres pero por otro, dice que cada quien por su pecado rendirá cuentas. Estas dos afirmaciones parecen contradictorias pero no lo son. Por un lado la Torá, revolucionaria para sus tiempos, afirma que cada uno es responsable por sus transgresiones. Si yo maté o robé soy yo el responsable por mis actos, yo y nadie más. No obstante, la Torá es sabia al afirmar la certeza de que no podemos evadir nuestros orígenes. No podemos renunciar a nuestro apellido y a nuestros antepasados. En la antigüedad, como saben, los apellidos no existían uno era Ploni ben (hijo) de Almoni. Fulano hijo de Mengano. Esto era mucho más "duro". Por ejemplo al hijo de Hitler lo llamarían Fulano hijo de Adolfo Hitler. El pasado nos pesa, es una carga con la cual uno debe aprender a vivir.  

Hago toda esta introducción por un breve pasaje que aparece en nuestro Daf en torno a los hijos de los malvados o a los malvados arrepentidos. En nuestra Guemará se nos enseña que antiguos malvados y enemigos de Israel como Naamán o Nebuzaradan (el jefe del ejercito de Nebujadnetzar) se convirtieron respectivamente en Ger Toshav y Ger Tzedek. Ger Toshav es quien renuncia a la idolatría para poder ser ciudadano en el antiguo Israel mientras que Ger Tzedek eran aquellos que sin imposición ni motivos ulteriores elegían al judaísmo y a la Torá como forma de vida. Y aún más nos relata el Talmud! Los hijos de Sisera estudiaban Torá en Jerusalem y los de Senajerib (quien vimos hace unos post que era el rey de los Asirios que destruyó el reino de Israel) enseñaban Torá. Y no solo que enseñaban Torá sino que entre la multitud de alumnos que tenían estaban Shemaia y Abtalion, los maestros de Hilel. Nuestra Guemará no se cansa y sigue. Incluso los hijos de Amán estudiaban Torá en Benei Brak! D-s, nos narra el Talmud, buscaba abrazar y poner bajo las alas de la Shejina (la presencia divina, como símbolo de las mitzvot y la Torá) a los malvados pero los ángeles celestiales le protestaron: "¿pondrás bajo tus alas protectoras a quienes destruyeron Tu casa y quemaron el Templo?" 

¿Qué historias maravillosas, no? Los malvados y enemigos de Israel - y su descendencia - no son sólo "perdonados" por D-s sino además, aceptados bajo Sus alas de amor y protección. Los ángeles, celosos quizás, no podían aceptar la increíble capacidad de perdón y misericordia que el Eterno tenía con estos "malvados". Quiera el Eterno poder dotarnos a todos nosotros aunque sea con una ínfima porción de Su eterno perdón y misericordia. Que podamos aprender a perdonar para así abrazar a más personas bajo nuestras alas construyendo así una realidad diferente. 




domingo, 24 de junio de 2012

Sahnedrín 95 - La tierra a nuestros pies


En este folio que hoy nos toca estudiar los sabios enseñan algo muy particular. Se cuenta que en tres ocasiones (en toda la historia) la tierra se contrajo para producir un atajo. En relación a tres hombres que debían emprender un viaje D-s decidió reducir la tierra para que estos lleguen con más prisa a destino. Una de las historias es narrada con detalle en nuestra sección (y da origen a esta intervención de los sabios). La historia de Abishai ben Zeruia. Las otras dos historias aparecen en la Torá. Una es la historia de Eliezer, el sirviente de Abraham que según nos narra el Talmud D-s decidió acortarle el camino, reduciendo las proporciones de la tierra!, para que llegue más rapido a destino cuando iba a buscarle una esposa a Itzjak. La tercer historia es la del patriarca Iaakov que va de Beer Sheva hasta Jarán y en la mitad del camino, según nos cuenta el Talmud interpretando las palabras de la Torá, se "choca" con una ciudad y decide ir hacia allí. Ya que él dice para sus adentros "aquí rezaron nuestros patriarcas ¿y yo no habré de rezar?". D-s acorta así la tierra para que llegue más rápido a destino.

Cuando Iaakov deja de rezar el sol todavía estaba firme y brillante en el cielo y entonces él decide continuar su marcha. Pero D-s y ahora es el Eterno el que habla para sus adentro se dice "un hombre justo está aquí en mi hogar ¿lo dejaré ir sin que pueda descansar durante la noche?". Inmediatamente D-s hace bajar el sol y Iaakov decide quedarse a dormir en aquella ciudad. A la mañana siguiente D-s hace salir el sol para Iaakov. ¿Sólo para Iaakov hace salir el sol? se pregunta Rabi Itzjak. Y la respuesta que la misma Guemará da es sí! Por él el sol se puso prematuramente y por él el sol salió más temprano.

¿Qué opinan que nos quieren trasmitir estas historias? ¿La tierra se "achica" cuando nosotros necesitamos llegar a tiempo a un lugar? ¿El sol se pone cuando necesitamos descansar? La respuesta física es no. La respuesta religiosa es sí. Y no hay contradicción entre las mismas. El mundo material no es diferente para el hombre religioso que para el hombre ateo. Lo que cambia son las percepciones y son estas, las percepciones de cada uno, las que crean la realidad.

La realidad no es otra cosa que un cúmulo de percepciones sostenidas en el tiempo. Lo mismo pasa con la verdad. Un no creyente en un nacimiento ve un mero acto biológico, un hombre de fe, un hombre de Torá ve en el nacimiento un milagro. Un milagro de la existencia y de la vida. A veces, entonces, si sabemos mirar el sol sale sólo por nosotros en el momento adecuado!

miércoles, 20 de junio de 2012

Sanhedrín 94 - Senajeriv y Jiskiahu

En el segundo libro de Reyes (capítulos 17 a 19) se narra la historia de Senajeriv, el rey de los asirios que en el año 722 a.e.c. conquistó las 10 tribus del norte, pertenecientes al reino de Israel. En esos tiempos el rey Jizkiahu reinaba en el sur, en el reino de Iehuda. Él también se rebela ante el emperador asirio y quién en respuesta comienza a rodear y citiar la ciudad de Jerusalém. Finalmente el rey Jizkiahu se arrepiente de haber desafiado a Asiria y para no terminar como el reino del norte (destruído y diezmado) le manda obsequios a Senjariv, pero no los acepta. Luego, Ishaiau, el profeta de esos tiempos le anuncia a Jiskiahu que Ds mandará a un ángel para derrotar a los invasores. Y así lo hace, la tradición judía, especialmente en nuestra página que hoy nos toca estudiar del Talmud relata que aquel angel fue Gabriel que en una noche mató a 185 mil hombres de las tropas de Asiria.  

Toda esta introducción histórica tiene que ver con nuestro Daf Yomi porque en estos folios hay una infinidad de midrashim y relatos en relación a este acontecimiento histórico. Tomaré uno solamente para pod reflexionar. 

Rabi Itzjak nos narra que el yugo que imponía Senajeriv al pueblo de Israel sería roto por el aceite de Jizkiahu que hacía arder al interior de cada Beit Hakneset y en cada Beit Midrash. En primer lugar detengámonos en este  anacronismo de la Guemará de hablar de sinagogas y casas de estudio en el año 722 a.e.c, donde todavía las mismas no se habían desarrollado. Los escribas, recién con el exilio de Babel (150 años después), comienzan a edificar de manera incipiente las sinagogas como sustitutos del Beit Hamikdash. Pero volvamos a la historia. ¿De qué aceite que arde nos habla Jizkiahu? se pregunta el Talmud. El texto narra que él puso una espada en la puerta de cada Beit Hakneset y en cada Beit Midrash y proclamó: "quien no estudie Torá perecerá a manos de esta espada". Inmediatamente a continuación el Talmud nos cuenta que se hicieron búsquedas desde Dan hasta Beer Sheva y en cada rincón de Israel y no encontraron a un hombre o una mujer, o un pequeño o una pequeña, que no estuvieran versados en las leyes sobre Tumah y Teorá (pureza e impurezas, consideradas las leyes más difíciles de toda la tradición). 

¿Qué nos quiere relatar esta historia? En primer lugar este relato viene a consolidar la fe y la fortaleza de Israel, a decirnos que será el estudio de la Torá lo que nos salvará de los imperios extranjeros que amenazan en cada generación al pueblo judío. La utilización de este anacronismo es válido para fortalezer a los judíos de la epoca del Talmud que eran perseguidos por el imperio romano en pleno proceso de cristianización. El punto, que me choca a mi de esta historia maravillosa, es la amenaza.

El pueblo judío se salvaría del enemigo si estudiaba Torá pero Jiskiahu, para asegurarse que el pueblo lo haga, los amenazaba con ser muertos por la espada si no lo hacían. La eterna pregunta vuelve una vez más ¿el fin justifica los medios? Estoy convencido que el estudio de Torá es el arma más importante que tiene el pueblo judío en cada generación. El estudio es nuestro hogar en el exilio. Pero el mismo debe ser abrazados desde el amor a Ds, Ahavat Hashem y no por temor al castigo o a las consecuencias. Las espadas del ayer son las amenazas modernas de muchos rabinos que dicen que quien no estudia Torá no tiene un lugar en el Olam Habá (mundo venidero). Debemos fortalecer nuestra fe en nuestro estudio y saber que el aceite que arde en nuestros interiores se nutre de la fuerza de la Torá. Es un fuego que debe arder hasta la eternidad, pero debe ser un fuego libre.

viernes, 15 de junio de 2012

Sanhedrín 93 - El libro de Daniel

"En el día que Nabucodonozor arrojó a Janania, Mishael y Azaria dentro del horno prendido fuego, D-s le dijo a Ezequiel: ve y haz la resurrección de los muertos en las planicies de Durá", con este dictamen del Talmud comenzamos nuestro estudio en el día de la fecha. 

En el libro de Daniel, uno de los libros menos estudiados de la Biblia en las escuelas o academias judías, se cuenta la historia del rey de los Babilonios quien arrojó a varios judíos a un horno prendido fuego pero de manera milagrosa D-s los salvó a todos. En ese mismo momento, el profeta principal del pueblo judío en el exilio era Iejezkel (Ezequiel) y por eso el Talmud relaciona ambas circunstancias. Estos tres hombres que son arrojados al fuego son considerados por el Talmud, junto a Daniel, como las personas más justas de aquella generación de impíos. El resto del pueblo de Israel, según las crónicas del Tanaj, se habían volcado a la idolatría y por eso habían sido castigados con el exilio principalmente a Babilonia.

Rabí Tanjum nos narra que en el momento que estos tres hombres salieron ilesos del horno prendido fuego todas las naciones del mundo se acercaron al pueblo de Israel y le dijeron ¿ustedes tienen un D-s así (que salva a la gente de muerte) y aún así se prosternan ante imágenes? El Talmud no dice qué contestó el pueblo de Israel en ese momento pero podemos pensar, como ejercicio de imaginación, que ellos reconocieron su error y volvieron en arrepentimiento ya que en el año 516 a.e.c el pueblo de Israel, o una parte del mismo, volvió del exilio Babilónico atestiguando así un "perdón divino" por su idolatría pasada. 

Rut y las seis bendiciones: Los sabios traen un versículo de la historia de Rut para decirnos que Boaz, su redentor y futuro marido, le entregó a ella seis cantidades de trigo. Rabi Tanjum encuentra que allí hay un remez, una alegoría, a seis bendiciones que recibirán seis descendientes de Rut y Boaz. Recordemos aquí que Boaz pertenecía a la tirbu de Iehudá. El Talmud nos dice que el rey David, el futuro Mashiaj, Daniel, Janania, Mishael y Azaría, todos pertenecientes a la tribu de Iehudá y descendencia de Rut la Moabita, recibirán una bendición especial. Es interesante como el Talmud unifica a todos estos personajes en relación a su rectitud y pietismo. 

Bar Coziba mejor conocido como Bar Kojva, aquel líder de la revuelta judía del año 132 d.e.c se consideraba así mismo como el Mashiaj (recordemos que en aquella época no solo Bar Kojva o Jesús se proclamaban como los mesías sino que por la convulsión política y social hay muchos otros personajes, mucho menos conocidos, que se proclamaron Mashiaj que traerá la redención al pueblo judío del dominio romano). Cuando va y les dice a los sabios que él es el Mesías ellos le dicen que según los escritos del profeta Isaías el Mesías debía saber juzgar a través de su olfato. Cuando ellos se dan cuenta que él no puede hacerlo van y lo matan (los comentaristas lo suavizan y dicen que no fueron los propios sabios los que lo mataron sino que fueron los romanos!).

Extra: critica bíblica en el Talmud. Los sabios se preguntan ¿Por qué hay un libro en el Tanaj que tiene el nombre de Daniel y otro de Ezra pero no de Nejemia (otro gran lider judío de la epoca de la reconstrucción del segundo Templo? Al lector moderno del Talmud esta pregunta le debe molestar ya que efectivamente en nuestros Sifrei Tanaj, nuestras Biblias, encontramos tanto el libro de Daniel, como el de Ezra, como el de Nejemia. Pero al parecer en la epoca del Talmud el libro de Nejemia no era una unidad autónoma dentro del canon sino que fromaba parte del libro de Ezra, pero luego del cierre del Talmud, quizás por influencia de este pasaje, el libro de Nejemia se "independizó" y ahora es un libro separado dentro del canon bíblico.

jueves, 14 de junio de 2012

Sanhedrín 92 - Tjiat Hametim II

¿Qué otro versículo, según los sabios, nos da cuenta que Tjiat Hametim - la resurrección de los muertos - estaba anunciada desde la Torá? Por ejemplo el siguiente: Entonces cantó Moisés y los hijos de Israel este cántico a Adonai, y dijeron: Cantaré yo a Adonai... (Shemot 15:1). Allí, dan cuenta los sabios Moshé no dice cante (shar) sino que dice cantará (iashir). Por esta conjugación en futuro los sabios talmúdicos nos dicen que Moshé cantará una canción de alabanza al eterno ¿cuándo? luego de Tjiat Hametim

La matriz y la tumba. En proverbios 30:16 el poeta escribe: El Sheol (tumba), la matriz estéril, La tierra que no se sacia de aguas, Y el fuego que jamás dice: ¡Basta! El Talmud se pregunta ¿por qué el escritor puso a la tumba (el sheol) al lado de la matriz (el vientre materno)? Para enseñarnos que tal como de la matriz las cosas entran y salen (ya que ingresa el semen y salen bebes) así ocurre con las tumbas. Allí la gente ingresa y luego sale. ¿Ingenioso, no? En la escuela de Eliahu se enseñaba lo siguiente: los justos, una vez que reviven, nunca vuelven a morir. La vida se vuelve eterna. 

Atzamot Iebeshot. En todo el Tanaj no hay ninguna referencia precisa y evidente en relación a la idea de la resurrección. Como estamos estudiando, los versículos que traen los sabios son conjeturas en base a conjugaciones de oraciones en futuro o cosas así. No obstante existe un pasaje más que interesante y difícil de comprender en el libro de Ezequiel (capítulo 37) que habla sobre huesos secos que vuelven a la vida. Rabi Iehuda dice en torno a este pasaje dice que es un Mashal Emet, una alegoría verdadera. Lo primero que debemos decir es que el mismo Rabi Iehuda dice que eso es una simple metáfora, una alegoría, algo que no tuvo lugar en la historia. En segundo lugar debemos referirnos a su idea de "verdadera". Para él, como para otros sabios, esta historia es verdadera en tanto y en cuanto nos dice que pasará en el momento de la resurrección. Es una metáfora que será el arquetipo y modelo a tener en cuenta para pensar y conjeturar sobre cómo se dará el momento de Tjiat Hametim. Algunos sabios dicen que esos muertos una vez que se levantaron (en Babel) se fueron hacia Israel, allí se casaron y tuvieron hijos. Ben Beteira, un rab de la época de la Mishná, dice que él es hijo de alguno de aquellos hombres que revivieron y que él utiliza los tefilin que ellos usaban. La única diferencia entre esa resurrección y la que vendrá al final de los días es que estos muertos, luego de revivir y vivir un tiempo volvieron a morir y recordemos que la casa de Eliahu se enseñaba que en el momento de Tjiat Hametim los hombres iban a vivir eternamente. 

Extra: Rabi Eleazar nos enseña que un líder que se maneja con su congregación con humildad y rectitud tiene asegurado el mundo venidero. 

miércoles, 13 de junio de 2012

Sanhedrín 91 - Cleopatra, Alejandro Magno y Antigonos

La relación de los sabios Talmúdicos con el mundo no judío es compleja. Por un lado ven a la mayoría de las sociedades que los circundan como casi bárbaros, gente atrasada e idólatra. Por otro lado, como veremos hoy, los sabios recrean o imaginan conversaciones y encuentros con las grandes personalidades del mundo no judío. Con filósofos o reyes del mundo griego o romano, y a ellos les adjudican un gran conocimiento de Torá. Veamos algunos ejemplos. 

La reina Cleopatra, nos dice el Talmud, le preguntó cierta vez a Rabi Meir: "nosotros sabemos que existe Tjiat Hametim, la resurrección de los muertos, lo que no sabemos es si al revivir la gente se encuentra desnuda o vestida". Es increible la capacidad de los sabios de poner en boca de otros ideas propias. Al poner en la boca de Cleopatra la afirmación que existe la resurrección los sabios acentúan más su posición teológica. Rabi Meir le responde a Cleopatra, con una parábola en relación a los trigos, que los justos reviven vestidos. 

Otra historia. Un Keisar, jerarca del mundo Romano, le preguntó cierta vez a Raban Gamliel ¿cómo puede ser que si el ser humano, como se nos dice en el libro de Bereshit (y fíjense cómo los sabios lo hacen citar al emperador un versículo de la Torá) al morir vuelva a ser tierra pueda revivir? ¿puede la tierra recobrar vida? Para continuar la historia de mejor manera quien le contesta al emperador no es Raban Gamliel sino la misma hija del emperador que a través de una metafora le demuestra al padre que si Ds creó al mundo de la nada puede hacer también, sin mayores dificultades, que de la tierra pueda volver a brotar vida. 

Gebia Ben Pesisa. Ya que el Talmud estaba trayendo anécdotas del contacto entre grandes personalidades del mundo judío con grandes reyes y emperadores del mundo pagano en relación a Tjiat Hametim el Talmud nos recuerda la historia de Gebia ben Pesisa. Cuentan los sabios que en cierta oportunidad vinieron los "africanos" frente a Alejandro Magno a decirle que ellos debían tener dominio sobre la tierra de Israel. Gebia ben Pesisa pidió permiso a los sabios y dijo que él defendería frente al emperador la posición de los judíos y su derecho a habitar la tierra prometida. Los "africanos" y Ben Pesisa van delante de Alejandro Magno. Los "africanos" dicen que la misma Torá les da el derecho a ellos de habitar Eretz Knaan pero con audacia y citando otros versículos Ben Pesisa los deja en "off side" frente a Alejandro Magno que decide darle la razón a Ben Pesisa sobre el derecho del pueblo judío sobre Israel. Lo mismo pasa con una delegación de egipcios y de Ismaelitas. Siempre, citando versículos de la Torá en contraposición a los que ellos traían (y fíjense la idea de los sabios que todo el mundo sabía Torá y todos usaban ese Libro como su referencia al derecho de habitar Israel!), Gebia ben Pesisa lograba mantener el dominio del pueblo judío sobre Israel. 

La última historia. Antígonos, otro emperador romano, le preguntó cierta vez a Rabi si el cuerpo y el alma, al momento de la muerte se podían desprender ¿podía morir el cuerpo pero no el alma? ¿o el alma pero no el cuerpo? Antígonos creía que sí pero a través de una parábola Rabi le demuestra lo contrario. El alma y el cuerpo son indivisibles. Rabi le cuenta lo siguiente: Cierta vez había un hermoso huerto con hermosos higos. Al huerto lo cuidaban un ciego y un cojo. Una vez el cojo le dijo al ciego que había allí hermosos higos. El cojo entonces se puso sobre las espaldas del ciego y fueron juntos hacía la higuera y comieron unos higos deliciosos. El dueño del campo, al día siguiente, vio que la higuera había desaparecido y preguntó ¿Qué a pasado? El ciego, para defenderse, dijo "yo no puedo ver ¿cómo podría saber dónde estaba la higuera?" y el cojo dijo "yo no puedo caminar ¿cómo podría haber llegado hasta ahí?". Así Rabi demuestra que tal como el alma y el cuerpo vienen al mundo en el mismo momento también son juzgados al unísono, como el ciego y el cojo. Por último el Talmud continúa narrando dos ocasiones donde es Rabi el que aprende algo de Antígionos y no al revés como fueron todos estos casos. No solo en la Torá hay sabiduría sino que el mundo está repleto de conocimientos, sólo hay que saber buscar. 

martes, 12 de junio de 2012

Sanhedrín 90 - Kol Israel

Estamos comenzando el capitulo 11 del tratado de Sanhedrín, uno de los mejores capítulos de todo el Talmud. Luego de repasar quiénes son los condenados a las diversas muertes por los Batei Din la Mishná nos dice: Todo Israel tiene un lugar en el Olam Habá (mundo venidero), incluso, advierte Rashí, los condenados a muerte por el Beit Din. Los sabios aprenden ésto de un versículo en el libro de Ieshaiau (60:21) "Y tu pueblo, todos ellos serán justos, para siempre heredarán la tierra; renuevos de mi plantío, obra de mis manos, para glorificarme." Esta es una expresión teológica de suma importancia. Más allá de que uno pueda transgredir algun precepto y por el mismo uno es condenado a morir en este mundo, todo el pueblo judío, según la Mishná tiene un lugar en el Olam Habá. La segunda relevancia de esta Mishná es la idea de que existe un Olam Habá ya que como muchos sabemos en el Tanaj no encontramos casi ninguna alución a algo más allá del mundo terreno. Los salmos o la Torá nos narran historias donde se nos dicen que después de la muerte física, al parecer, no hay nada. Una vez que uno descendía al Sheol (sepulcro) la vida se terminaba. Los fariseos, ideólogos y redactores de la Mishná y el Talmud, en contraposición a otras sectas judías establecen que existe un Olam Habá

La Mishná continúa y nos dice que hay algunas transgresiones en particular que nos niegan la entrada al mundo venidero. Todo Israel tiene un lugar en el Olam Habá, incluso el que asesinó o violó (por decir unos ejemplos) mas existen ciertos hechos que uno puede hacer en este mundo que le quitan la oportunidad de entrar en el Olam Habá. Y la Mishná nos explicita: quién dice que no hay Tjiat Hameitim - resurrección de los muertos - no tiene un lugar en el Olam Habá. Lo mismo le pasaría a quién dice que la Torá no es Min Hashamaim (que la Biblia no es Divina).  Rabí Akiva dice incluso no tiene un lugar en el mundo venidero quién lee los Sefarim Hajitzonim (libros "sacros" que están fuera del canon bíblico judío, como ser los del nuevo testamento). Otros dicen que uno no tiene un lugar en el Olam Habá si juega con las letras del nombre de Ds o bien quien se comoporta como un Apikoros, burlándose de la Torá y la sabiduría de los sabios de Israel. Por último la Mishná cierra afirmando que hay ciertos personajes de la historia judía que tampoco tienen un lugar en el mundo venidero. Los reyes Ierobam, Ajab y Menashe y también Bilam, Doeg, Ajitofel y Gejazi que como veremos, por sus transgresiones los sabios entienden que estas personas en particular no lograron obtener un lugar en el Olam Habá

¿De dónde aprendemos que Tjiat Hametim, la resurrección de los muertos, es de la Torá? Como veremos a continuación no fue sencillo para los maestros del Talmud aseverar que la idea de la resurrección se encontraba en la Torá. Una de las formas de comprobar esta hipotesis mía es la infinita cantidad de versículos que iremos viendo  que presentan los sabios para apoyar sus ideas, y como veremos serán versículos "tirados de los pelos". Cuando estamos seguros de algo utilizamos pocas palabras, cuando dudamos o tambaleamos nos valemos de un sinnumero de herramientas para convencernos a nosotros y a los demás. Desde mi humilde opinión creo que este es el caso de los Amoraim en relación a Tjiat Hametim. 

Un versículo sólo para darles una idea. Algunos sabios dicen que se aprende que la noción de resurrección de los muertos está ya prefigurada en la Torá por el siguiente versículo:  Así ofreceréis también vosotros ofrenda a Adonai de todos vuestros diezmos que recibáis de los hijos de Israel; y daréis de ellos la ofrenda de Adonai al sacerdote Aharón. (Números 18:28) Los sabios dicen que como los diezmos sólo se debían dar en la tierra de Israel y como sabemos Aharon no entra a la tierra prometida no hay otra posibilidad que se cumpla este versículo (que dice que los diezmos se los darán a Aharón) sino hay Tjiat Hametim. Aharón tiene que revivir para que se le puedan entregar los sacrificios. De esta manera con éste y otros versículos el Talmud traerá una gran cantidad de asmajtot (referencias) para decir que Tjiat Hametim proviene de la Torá y no es una creación teológica posterior. 

domingo, 10 de junio de 2012

Sanhedrín 89 - Castigos ejemplificadores

La aplicación de los castigos tienen diversos objetivos. Ciertas veces podemos aplicar un castigo para obligar a una persona a reparar el daño que causó, otras veces podemos hacerlo para que reconozca su error. En ciertas ocasiones los castigos más allá de amedrentar al transgresor tienen un fin colectivo, un propósito ejemplificador. Se castiga a tal o cuál persona por esta transgresión o la otra para que los demás escuchen y teman, dice la Torá (Devarim 17:12). Este es el caso del Zaken Mamre. Aquel sabio rebelde que se oponía a la opinión de la mayoría no debía ser juzgado en su ciudad de origen o en Iavne (una ciudad de gran importancia) sino que debía ser sometido a juicio por el tribunal principal de Ierushalaim. El mismo se debía dar en alguno de los Regalim, en alguna de las fiestas cuando todos los hombres judíos debían ir a Ierushalaim. En ese momento con todo el pueblo presente se debía juzgar a este sabio rebelde para que todo el pueblo "escuche y tema", para que aprendan como no deben comportarse.

Hajrazá.: En relación a los castigos ejemplificadores, el Talmud presenta que por cuatro transgresiones es necesario hacer una Hajrazá, un anuncio publico de que fulano transgredió tal o cual precepto. Las transgreciones mencionadas son: Mesit (el que incita a otros a hacer idolatría), Ben Sorer uMoré, Zaken Mamre y Edim Zomemim (los falsos testigos). Cuando alguno de estos transgresores era ejecutado, el Beit Din debía sacar cartas a todo Israel para anunciar su transgresión y su condena. En términos políticos modernos, era una forma de "domesticar al pueblo". Como lo eran también las horcas publicas en la edad media o las crucifixiones del imperio Romano.

Midrashim sobre Akedat Itzjak: El Talmud, en una suerte de juego de asosiación libre tras hablar de diversas transgreciones relacionadas con los profetas, nos trae varios midrashim (relatos agadicos) sobre la "atadura de Itzjak". Uno de ellos nos relata que la Torá dice "después de ciertas cosas" Ds decide poner a prueba a Abraham (pidiéndole que sacrifique a su hijo). El Talmud se pregunta ¿después de que cosas? Y el mismo responde que esto sucedió después de que el Satan le dijo a Ds que desde que nació Itzjak todo lo que hizo Abraham fue para su benefició. En ese momento Ds lo desafía al Satan, confiando en la fe de Abraham que si Él le pidiera cualquier cosa, incluso que sacrifique a su hijo, así lo haría

Otro midrash que se nos presenta tiene relación con un curioso pasaje de Bereshit 22:2 donde Ds le dice a Abraham "Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, a quién amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré". ¿Por qué la Torá da tantas especificaciones sobre a quién debe sacrificar Abraham? ¿Por qué no dice directamente "a Itzjak"? El Talmud, de manera muy ingeniosa, recrea un dialogo que puedo haber tenido lugar en ese encuentro entre Ds y Abraham. Ds primero le dice "toma a tu hijo" a lo que él responde "tengo dos, Itzjak e Ishmael". Entonces Ds le dice, "a tu único" a lo que Abraham repsonde "cada uno es único hijo de su madre". Ds le dice entonces "a quién amas" y él responde "amo a los dos". Y finalmente Ds le dice entonces "a Itzjak". 

Un último midrash. Al parecer Ishmael se burlaba de Itzjak diciendo que él cumplía mucho más preceptos. Ya que él se había circuncidado a los 13 años (con mucho esfuerzo e imaginamos también mucho dolor) e Itzjak lo había hecho tan solo a los 8 días. A esto Itzjak le responde "¿Por un mero miembro (el pene) me estás molestando? Si Ds me pidiera que me sacrifique por Él, así lo haría". Inmediatamente, dice el Midrash, Ds decide pedirle a Abraham que sacrifique a Itzjak. 

Hadran Halaj Eli Hen Hanejankin

viernes, 8 de junio de 2012

Sanhedrín 88 - Zaken Mamre II

En el post anterior comenzamos a analizar la figura del Zaken Mamre, aquel juez que estaba en contra de la posición mayoritaria actuando y enseñando la Ley según su parecer, sin respetar la autoridad de la mayoría. Según dijimos, este "Juez rebelde" debía ser juzgado por un tribunal y ahorcado (si era hallado culpable).

Nuestra Guemará profundizará algunos conceptos en relación a este personaje. En primer lugar plantea ¿Por qué alguien que opina diferente o enseña la halajá de manera contraria a la de la mayoría debe morir? Rabi Kahana nos da una respuesta: No es tan así como habíamos dicho. No siempre que un sabio esté en contra de la opinión mayoritaria (y actúe en consecuencia) debe ser sentenciado por un tribunal. Si él dice que recibió su halaja MiPi Shmuá (por las enseñanzas de su rab) y los demás sabios argumentan lo mismo, no debe ser juzgado ya que su posición es tan válida como la de los otros sabios. En cambio es susceptible de ser juzgado si su posición se basa en lo que "a el le parece (Kaj Hu Beeinai)" y la posición de los sabios se basa en  la Shmuá, la tradición oral. En este caso la posición de los sabios es mucho más "válida" y tiene un peso mucho mayor.

Una cosa es sostener una postura porque así uno lo aprendió de su rabino, y en este caso uno es "intocable", y otra cosa es actuar en contra de lo que dicta la mayoría por un razonamiento propio. Esto último es soberbia. Rabi Eleazar no opina como Rabi Kahana, sino que dice que incluso si su posición es por la Shmuá y la de los sabios es por su propia apreciación (Kaj hu Beeineinu), el Zaken Mamre debe ser juzgado para que no aumente la discordia en Israel (Sheló Iarvú Majlokot BeIsrael). 

Sheló Iarvú Majlokot BeIsrael es un concepto central en la literatura rabínica. Majloket es discusión, majlokot su plura. El Talmud está plagado de estas Majlokot, discusiones y posiciones encontradas en casi el 100% de los temas. No hay tema en el Talmud que no presente posiciones diversas sobre el mismo. Más que diversas muchas veces las opiniones son antagónicas. Esa es una de las maravillas del Talmud, su pluralidad. A ciertos sabios, sin embargo, nunca les gustó la idea de estas majlokot. Ellos preferían que la Ley de la Torá sea una, única e indivisible, para todo Israel. Ellos entendían, creo yo, que las majlokot eran dañinas para la unidad del pueblo judío. Hoy en día sigue habiendo sabios judíos que sostienen esta posición. Insistiendo que sólo existe UNA halajá y claramente es la que ellos sostienen y abrazan. Cualquier otra interpretación es inválida. En cambio, hay otros sabios dentro del colectivo de Israel que le dan cabida y un gran valor a los majlokot, a las disidencias y a las posiciones encontradas. Un ejemplo de esto es el comité de leyes del movimiento conservador, con sede en Nueva York. Claramente en una sociedad plural y democrática yo me inclino por esta segunda forma de entender lo judío pero siempre existen y existirán los que por no aumentar la discordia eligen "matar-acallar-fustigar" al que piensa distinto. 

¿De dónde surgieron tantas majlokot? Si Ds, según la tradición, le entregó a Moshé la Torá ¿cómo puede haber tantas interpretaciones y posturas tan opuestas sobre una misma halajá? El Talmud nos cuenta que en un comienzo no había discrepancias, o por lo menos no había tantas discrepancias, en relación a las halajot. En cada ciudad había un Beit Din, al recibir una pregunta de la gente, de saber la respuesta la contestaban y si no iban a los Batei Din del Templo de Jerusalem en busca de una respuesta, si estos dos Batei Din (conformados por 23 jueces) no sabían la respuesta, iban y consultaban al Sanhedrín y éste tenía la última palabra. De allí salía una única ley para todo Israel. No fue hasta los tiempos de los estudiantes de Hilel y Shamai que, según el Talmud, no aprendieron del todo bien las enseñanzas de sus maestros que aumentaron en gran numero las majlokot en Israel. Y con palabras textuales de la Guemará, "e hicieron de la Torá como dos Torot". Son tan grandes las diferencias de estas dos escuelas que hace 2000 años (en los tiempos de Hilel y Shamai) se produjeron como dos Torot, dos Leyes totalmente diferentes. 

En este eterno debate se encontró y se encuentra el pueblo judío. Entre los que quieren que haya una sola Ley para todo Israel y que con el pretexto de que no aumenten las disidencias dentro del pueblo judío buscan acallar o menospreciar la postura de otros. Hay otros, sin embargo, que buscamos invitar a los judíos a vivir una vida plural. Donde las majlokot no sean un mal, sino un bien, donde cada uno pueda vivir la Torá de acuerdo a diversas y plurales interpretaciones. Donde no se busca la unicidad en la Ley sino su diversidad. Unidad de Am Israel no es lo mismo que unicidad. Podemos ser un solo pueblo (si es que lo somos) viviendo y pensando de manera distinta. 

jueves, 7 de junio de 2012

Sanhedrín 87 - Saken Mamre

¿Cuáles son los limites del disenso? Sobre este punto, a través de un caso práctico, versará nuestro folio a estudiar. En la antigüedad, en tiempos del Segundo Templo existía el Sanhedrín, un tribunal de 120 ancianos asentados en el Beit Hamikdash, siendo la máxima autoridad religiosa del pueblo judío. En cada provincia o Estado donde vivían los judíos habían pequeños Batei Din (casas de juicio) pero el tribunal supremo, por decirlo de una manera, estaba asentado en el lugar más sagrado de la tierra, según nos relata en esta ocasión el Talmud. Cada Beit Din, en cada ciudad, podía juzgar y determinar la halajá para su ciudad según ellos mejor la entendían. En este sentido se permitía la no-unicidad en la práctica de la ley y su enseñanza. En una ciudad se podía permitir (como actualmente ocurrió) que los rabinos permitiesen que se coma pollo con leche y en otra ciudad no. Dentro de cada ciudad también cada Beit Din podía legislar según su parecer y la halajá (ley) que ellos emitían era totalmente aceptada para su "público". La diversidad tenía y tiene su lugar.

Pero qué pasa si dentro del tribunal de una misma ciudad todos los jueces opinan de una manera mientras que uno opina de otra ¿pueden emitir dos juicios diversos? La respuesta es no. El disenso es permitido siempre y cuando el tribunal pueda emitir una sentencia definitiva y concreta. De un mismo Beit Din no pueden salir dos halajot contradictorias. Una que permita algo y otra que lo prohíba. O por lo menos eso ocurría en los tiempos del Segundo Templo. Si había una disputa al interior de un Beit Din y sus miembros no podían decidir debían ir hacia Ierushalaim a consultarle al máximo tribunal, al Sanhedrín. Si este decretaba a favor de la mayoría entonces el que disentía estaba obligado a enseñar la halajá según el parecer de sus "oponentes". Este juez, quién se oponía y no acataba la voluntad de la mayoría, se lo llama "Zaken Mamre". Este Zaken Mamre está obligado, al volver a su ciudad, a enseñar la Ley según la opinión de la mayoría pero con un detalle. Si él, con fines teóricos, u hoy diríamos académicos, enseña su posición (contraria a la de la mayoría y avalada por el Sanhedrín) este Zaken Mamre no debe ser muerto por Jenek. Sólo debe ser muerto por un Beit Din si enseña como "halajá leMaase" su opinión, solo debe ser sentenciado si enseña su posición para que la gente haga eso como halajá, pero si la expone simplemente como posición no es suceptible de ser acusado de Zaken Mamre. También este hombre puede ser acusado de Zaken Mamre si actúa según su posición en contraposición de la de los sabios. En definitiva uno tiene la posibilidad de pensar diferente, a dar su opinión y a trasmitir sus ideas, pero si el cuerpo de tu comunidad (en este caso los jueces) deciden seguir cierta pauta o ley uno está en la obligación de acatarla. Ese es el limite.


lunes, 4 de junio de 2012

Sanhedrín 86 - Los secuestradores

Los secuestros no empezaron en el siglo XX. Los que vivimos en la Argentina estamos acostumbrados a escuchar sobre los secuestros pero al parecer también lo estaban los sabios en tiempos del Talmud. La Guemará trabaja hoy sobre el castigo que deben recibir los secuestradores. Como se imaginarán, por como viene el capitulo, su castigo es Jenek, deben morir estrangulados. La gran discusión que se dará en el Talmud es en torno a si uno es susceptible de esa pena sólo si secuestra (Gonev Nefesh - roba un alma) o si para ser acusado bajo esta ley uno también debe vender al secuestrado (Mojer). 

Lo más interesante no es la ley en sí que es intrincada y detallista sino el origen que encuentran nuestros sabios para esta prohibición ¿Donde está en la Torá que uno no debe secuestrar a otro judío, extranjero, joven o mayor, mujer o varón? Aunque usted no lo crea la respuesta está en uno de los fragmentos más conocidos de toda la Torá: en los Aseret HaDivrot o mal traducidos como 10 mandamientos. Cuando en los Aseret HaDivrot dice "no robarás" no significa, como piensa la mayoría de la gente, "no robarás dinero" sino que significa, según los sabios del Talmud "no robarás personas". ¿Cómo llegan a esta conclusión? A través de uno de los 13 principios de interpretación de Rabi Ishmael que se denomina: Davar Halamed Meinianó (una cosa que se aprende por su contexto). Tal como el contexto se refiere a personas entonces este mandamiento también se refiere a personas y no a objetos. Tal como no puedo asesinar a un objeto, o cometer adulterio o ni siquiera mentir a un objeto entonces este "no robarás" no puede significar otra cosa que "no robarás (secuestrarás) personas". 

Detalle para los estudiosos. Nuestra Guemará nos trae un detalle muy importante para los que estudiamos literatura rabínica. Nos dice que todos los "Stam" los autores anónimos de la Mishná, a menos que nos digan lo contrario, son obra de Rabi Meir. En cambio todos los "Stamaim" de la Tosefta son obra de Rabi Nejemia, mientras que lo de la Sifrá son de Rabi Iehudá y finalmente de los Sifri es Rabi Shimón. Pero como bien dice nuestra Guemará todas estas posturas siguen los lineamientos y principios de Rabí Akiva ya que el fue el Rab y maestro de todos estos sabios. 

viernes, 1 de junio de 2012

Sanhedrín 85 - Los hijos golpeadores

Nuestra Guemará, como en la página anterior, sigue analizando los castigos de los hijos que golpean a sus padres. Como principio general la Mishná nos anticipó que todo hijo que golpee a sus padres debe recibir la muerte de Jenek, debe morir por estrangulamiento. Rabi Ishaia nos enseña en el Talmud que más allá de que golee al padre o a la madre y no, necesariamente a los dos juntos, el joven debe morir. Otra especificación que encontramos en el Talmud es que un joven sólo es susceptible de ser acusado con esta pena si el golpe le causa a sus padres una lesión. Si meramente los golpea pero el golpe no le deja ningún corte u otra "marca" entonces no se considera al joven punible de esta pena. 

Hamekalel Vs Hamaké. Los sabios relacionan la dureza de este castigo con la vergüenza. Si uno golpea a cualquier hombre o mujer el castigo es meramente económico. No es así para el caso en el que un golpea a sus padres. La humillación es lo que marca la diferencia. Al parecer, para la Torá y mucho más para los sabios del Talmud, si un hijo golpea a alguno de sus padres esto generaría una gran deshonra. Los padres perderían cualquier tipo de control y autoridad sobre sus hijos. Este es el motivo que está detrás de la dureza de esta ley. Incluso más. Los sabios del Talmud dicen que un hijo que golpea a sus padres en vida debe ser castigado con la muerte mas si los golpea después de muertos, ya sea a su madre o a su padre, este está exento. No pasa lo mismo a la hora de maldecirlos. Si un joven maldice a sus padres tanto en vida como después de que ellos hayan muerto debe ser estrangulado ¿Por qué? La respuesta: el honor. A veces hablar mal de otra persona o humillarlo/maldecirlo en público es más severo, incluso, que golpearlo. 

Extra: Ciertas veces el Talmud es bastante severo y duro con el mundo no judío como ya hemos visto. Esta vez el Talmud se "rectifica" y nos dice que está tan prohibido maldecir como golpear a un Kuti (un samaritano) como a un judío. El honor de las personas es universal, no importa si son judíos o no judíos, dañar la moral de la persona humillándola es una deshonra y una profanación del nombre de Ds.