Nuestra Guemará comienza definiendo términos. Nos dice que la generación del hijo de David, o sea la generación del Mashiaj (Mesías) descendencia de la casa del rey David, será llamada Bar Niflei, hijo de la caída. El mesías tendrá como apodo "el hijo del caído"¿Por qué lleva ese curioso nombre? El Talmud nos da alguna idea. Antes de la llegada del Mashiaj, apuntan las fuentes clásicas como el texto que hoy estamos estudiando, el mundo estará lleno de dolores y sufrimiento. Antes de que reine la paz y la armonía en el mundo, la tierra vivirá años de angustia y guerras. En hebreo estos años se conocen como los Jevlei Mashiaj, los dolores de parto del Mesías.
¿Cómo serán aquellos años previos a la llegada del Salvador? Los estudiosos y sabios se reducirán, la gente estará perdida y llena de angustia, se levantarán decretos duros contra toda la humanidad, dice el Talmud. En el último periodo de siete años, previo a la llegada del Mashiaj, el mundo será un "desastre". En el primer año no lloverá, en el segundo y en el tercero habrá mucha hambruna, hombres, mujeres, niños, justos y piadosos morirán y la Torá será olvidada. En el cuarto se regenerarán las abundancias mientras que en el quinto los hombres comerán, beberán y se regocijarán. En el sexto año se escucharán sonidos y ruidos provenientes del Cielo y finalmente en el séptimo año vendrá el Mashiaj.
El Talmud continua esa descripción de forma más detallada: Anuncia que las ciudades de Israel serán destruidas y que la sabiduría se perderá del mundo. Upnei Hador Kepnei Hakelev - la cara de la generación será como la cara del perro, reza el Talmud. Los hombres, al igual que los perros, no tendrán vergüenza los unos con los otros. El mundo será un caos donde reine la desolación y el llanto. Rabi Nehorai dice que en la generación que precede a la llegada del Mashiaj los jóvenes insultarán a los ancianos y los ancianos harán reverencia ante los jovenes, los hijos no respetarán a sus padres, upnei Hador Kepnei Hakelev, repite el sabio. Rabí Itzjak sostiene algo más fuerte todavía y dice que el hijo de David no vendrá hasta que todo el mundo se convierta a las creencias de los herejes (sabios judíos del medioevo asocian a estos herejes con el cristianismo). El Mesías, dicen otros, no vendrá sino hasta el momento que la gente no tenga siquiera una moneda en su cartera. Para finalizar, otro sabio presenta la idea que el Mashiaj no vendrá sino hasta el momento que la esperanza de la redención desaparezca de la humanidad. Cuando ya todo se crea perdido ahí habrá de aparecer el Mesías, para regenerar las esperanzas de los desesperanzados.
El Talmud continua esa descripción de forma más detallada: Anuncia que las ciudades de Israel serán destruidas y que la sabiduría se perderá del mundo. Upnei Hador Kepnei Hakelev - la cara de la generación será como la cara del perro, reza el Talmud. Los hombres, al igual que los perros, no tendrán vergüenza los unos con los otros. El mundo será un caos donde reine la desolación y el llanto. Rabi Nehorai dice que en la generación que precede a la llegada del Mashiaj los jóvenes insultarán a los ancianos y los ancianos harán reverencia ante los jovenes, los hijos no respetarán a sus padres, upnei Hador Kepnei Hakelev, repite el sabio. Rabí Itzjak sostiene algo más fuerte todavía y dice que el hijo de David no vendrá hasta que todo el mundo se convierta a las creencias de los herejes (sabios judíos del medioevo asocian a estos herejes con el cristianismo). El Mesías, dicen otros, no vendrá sino hasta el momento que la gente no tenga siquiera una moneda en su cartera. Para finalizar, otro sabio presenta la idea que el Mashiaj no vendrá sino hasta el momento que la esperanza de la redención desaparezca de la humanidad. Cuando ya todo se crea perdido ahí habrá de aparecer el Mesías, para regenerar las esperanzas de los desesperanzados.
6.000 años dice Rabi Katina que el mundo existe y el séptimo milenio el mundo se encuentra destruído y desolado. Cada año de D-s, continua diciendo el Talmud, son mil años para el ser humano. D-s cada 6.000 años destruye el mundo y lo vuelve a crear, siendo el séptimo milenio un Shabat de mil años! Durante los primeros 2000 años de la humanidad reinó el caos (recuerden la torre de Babel, el asesinato de Hevel y las trasgresiones en la generación de Noaj), los otros 2000 años son tiempos de Torá (desde Abraham hasta el final de los tiempos de la Mishná) y finalmente los últimos 2000 años, en los años que nos encontramos nosotros, son tiempos de Jevlei Mashiaj, los tiempos de sufrimiento y dolor que anuncian la llegada del Mesías. Recordemos que según el calendario hebreo nosotros nos encontramos en el año 5772 (al fin del último tercio, muy cerca del "fin de los tiempos"!)
Rabi Iojanan decía "Devastados serán los huesos de los que calculan el fin (la llegada del Mashiaj, y el fin de los tiempos) porque estos dirán cuando se cumpla su cuenta que el Mashiaj no ha venido ni nunca vendrá, pero como está escrito en el Tanaj: aunque todavía no llegue debemos esperar". Esperar y no desesperar. Los tiempos previos a la redacción del Talmud, el siglo I, de la era común eran tiempos de intensos "ideales mesiancos". Recordemos tan solo la figura de Jesus o de Bar Kojva. La gente estaba esperando la llegada del Mesías, parecía que los acontecimientos que debían ocurrir antes de que llegue el Mesías se estaban generando: destrucción de ciudades (Jerusalem), gobiernos autoritarios y opresivos, muertes de decenas de millares, pérdida de sabiduría y de Torá. No obstante del Mesías nunca llegó. Es por eso que Rab dice que todas las fechas "predestinadas" acerca de cuando llegaría la redención ya han pasado y ahora la redención de la humanidad sólo depende de la Teshuvá (arrepentimiento) y de Maasim Tovim (buenas acciones). La llegada del Mesías no depende de fechas ni de catástrofes, depende de nosotros. Ya no es D-s sino el ser humano quien debe traer la paz y la armonía al mundo. Son nuestras acciones las que determinan el futuro de la humanidad. Allí radica la esperanza. Los tiempos del Mesías simbolizan el elemento propulsor de la cosmovisión judía de la historia. Es el mito de la posibilidad de esperanza.
Les comparto un hermoso texto extraído de las tesis de la filosofía de la historia de Walter Benjamin:
Seguro que los adivinos, que le preguntaban al tiempo lo que ocultaba en su regazo, no experimentaron que fuese homogéneo y vacío. Quien tenga esto presente, quizás llegue a comprender cómo se experimentaba el tiempo pasado en la conmemoración: a saber, conmemorándolo. Se sabe que a los judíos les estaba prohibido escrutar el futuro. En cambio la Torá y la plegaria les instruyen en la conmemoración. Esto desencantaba el futuro, al cual sucumben los que buscan información en los adivinos. Pero no por eso se convertía el futuro para los judíos en un tiempo homogéneo y vacío. Ya que cada segundo era en él la pequeña puerta por la que podía entrar el Mesías.
Extra. "Enseñaba Abaye: El mundo debe contener, en cada generación, no menos de 36 justos que tengan el honor de recibir la Shejiná (la presencia Divina) en ellos". Por estos 36 justos, el mundo se mantiene. El mundo debe contener en cada instante al menos 36 hombres o mujeres que no pierdan la fe, que no pierdan la esperanza de la redención.
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