viernes, 27 de abril de 2018

Moed Katan 17 - Sobre el ostracismo II

Nuestra Guemará del día nos trae diversas historias, combinadas con algunas leyes, sobre diversos episodios donde una persona fue excomunicada. Quisiera compartir con ustedes tan solo una de estas historias. Antes, sin embargo, repasemos algunos puntos generales para entender más sobre el fenómeno popular en la época antigua del Nidui. Una de las formas que tenía la sociedad judía en la antiguedad de castigar a sus miembros cuando estos realizaban algo indebido o se negaban a aceptar algún dictamen del tribunal rabínico era poner a la persona bajo un Nidui (una suerte de ostracismo un poco menor en severidad que el Jerem). Nidui en arameo se decía Shamtá, y según Rav esto significaba "Sham Mitá" (ahí hay muerte), el menude era un "muerto en vida" ya que por el tiempo que duraba su excomunión nadie podía establecer relaciones sociales o comerciales con aquel. Según Shmuel sin embargo Shamtá significaba "Shemama Iiyhe" (allí habrá desolación), es decir que incluso cuando el Nidui concluya algo de aquel ostracismo quedará en la persona para siempre. Ahora bien ¿Quién tenía el poder de declarar un Nidui? No solo un tribunal rabínico sino cualquier persona, la persona más simple del pueblo de Israel cuando veía a alguien realizando algo prohibido podía "castigarlo" imponiendo un Nidui sobre esa persona y para cancelar aquel Nidui se necesitaría que transcurra cierto tiempo y que un sabio anule aquel decreto de ostracismo. Sobre este punto es nuestra historia. 

"Se cuenta que cierta vez la sirivienta de Rabí Iehuda HaNasi vio a un hombre golpeando a su hijo mayor. Inmediatamente ella dijo "Que este hombre sea declarado en Nidui"." 

Esta pequeña historia nos cuenta que una simple mujer, sirvienta ella, vio a un hombre golpeando a su hijo, algo que no se debe hacer porque según enseña después una braita el hijo puede responder a los golpes golpeando a su padre y esto es considerado una gran transgresión según la Torá, y sin dudarlo declaro públicamente a aquel hombre como un Menude. Esta simple historia nos muestra por un lado la valentía de esta famosa sirivienta de Rabí Iehuda HaNasi pero también como cualquier persona no importa su posición social al ver una injusticia o la transgresión de un mandamiento podía hacer uso del Nidui para que la persona pueda arrepentirse de sus acciones y dejar así de transgredir la Torá y los dictamentes de los sabios. 

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