Para comenzar les presento un Midrash: "Turnusrufus el malvado le preguntó cierta vez a rabi Akiva: Si su Dios ama a los pobres ¿Por qué no los alimenta él mismo? A lo cual rabi Akiva responde: para que nosotros [el pueblo de Israel] podamos salvarnos del infierno"
Este Midrash aparece en nuestro folio del día dentro del contexto de todas las enseñanzas en torno al valor de la tzedaká [justicia social]. Ahora bien ¿cómo nos relacionamos con un Midrash así? El mismo sostiene que Dios mantiene y permite que haya pobres en el mundo para que sus hijos -el pueblo de Israel- pueda cumplir una mitzvá -el mandamiento de dar tzedaká- y así salvarse del infierno. Vuelvo a preguntarnos ¿Cómo reaccionamos ante un Midrash de estás características? ¿Estamos obligados a aceptarlo? Sí y no.
La literatura rabínica esta llena de hermosos midrashim, enseñanzas que nos enamoran y nos conmueven. Sin embargo, también, hay cientos de midrashim que nos perturban y nos angustian. ¿Cómo podemos hoy afirmar que Dios hace que miles de millones de personas sufran diariamente tan sólo para que el pueblo judío pueda cumplir con la mitzvá de hacer tzedaká? Dentro de mis categorías y mi teología está no es una opción. En este sentido no estoy obligado a aceptar y tomar cual doctrina está enseñanza. Debo aceptar, no obstante, que esta teología es parte de mi tradición. De la tradición de mi pueblo. Sin embargo es eso solamente, una parte de mi tradición. No la totalidad. Ningún Midrash es absoluto y vinculante. Cada Midrash fue pronunciado por un sabio de acuerdo a su sensibilidad moral, a su ideología y a su teología. En este caso, puedo decir, disiento humildemente con la teología del gran rabi Akiva. Sin embargo vuelvo a recalcar: no estamos obligados a aceptar como verdades universales y absolutas todos los midrashim. Somos libres para tomar los midrashim que nos conmueven y dejar a un lado los que se oponen a nuestras concepciones teológicas o ideológicas. No obstante: estamos obligados a estudiarlas y a valorarlas porque todas ellas son nuestras, partes de un legado eterno.
Lo mismo que ocurre con los midrashim ocurre también con ciertas creencias de los rabinos. Nuestros sabios de bendita memoria son humanos y nunca debemos olvidarnos que son humanos. Todo lo que enseñan y pronuncian son elaboraciones de grandes eruditos pero humanos al fin. Falibles e incompletos. Por dicha razón no debemos aceptar de forma ciega y absoluta toda enseñanza de nuestros rabinos. Debemos sopesarlas, analizarlas y evaluarlas con nuestras propias mentes. Y podemos "descreer" reverentemente de ellos también. Y este es mi caso cuando leo afirmaciones tales como "¿Qué debe hacer el hombre para que sus hijos salgan varones? Debe dar tzedaká". ¿Estoy obligado a creer que es la tzedaká la que determina el género de mis hijos? No! Ya que como dos sabios disienten entre sí nosotros también podemos disentir con ellos.
Como les decía antes ciertos pasajes de los sabios son hermosas manifestaciones de una sensibilidad notable. Y los folios de hoy están lleno de este tipo de enseñanzas que para finalizar quiero compartir con ustedes. Rabi Eleazar enseñaba que la piedad se manifiesta en Gemilut Jasadim [actos de amor] mientras que la misericordia se manifiesta a través de la tzedaká. Rabi Iehuda, incentivando el cumplimiento de este precepto, nos decía que "la tzedaká apresura la llegada de la redención". Rabi Ioshua ben Karja condenando a quienes no daban tzedaká les decía que su acto equivale a la idolatría, la peor de las transgresiones.
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