Los sabios del Talmud son eclécticos, sabios pero sobre todo muy ingeniosos. Mientras estaban haciendo una exegesis extendida de diversos pasajes de Ester saltan a interpretar diversos versículos de la vida de Iosef. Hay una interpretación de un versículo que creo que muestra muy sucintamente la grandeza interpretativa y el gran poder de imaginación que tenían los sabios. Miremos primero el versículo: "Y se echó sobre los cuellos de Benjamín su hermano, y lloró; y también Benjamín lloró sobre su cuello" (Bereshit 45:14). El mismo se desarrolla cuando Iosef le revela a sus hermanos su identidad y se abalanza a abrazar a su hermano más pequeño. Ambos lloran. Sin embargo en hebreo literalmente se dice que Iosef se echó sobre los cuellos (en plural, Tzavarai) de su hermano Biniamim. Y los sabios entonces se preguntan ¿Acaso Biniamim tenía dos cuellos? No, sin embargo como en una profecía Iosef lloró por los dos Templos que se destruirían en el territorio de la tribu de Biniamim. Y entonces ¿Por qué lloró Biniamim sobre el cuello (en singular) de Iosef? Por el Templo de Shiló que habrá de ser destruido en le territorio de Iosef. La poderosa fuerza interpretativa, de imaginación, de conocimiento geográfico, de las escrituras y la combinación perfecta del arte literario se resume de forma perfecta, entiendo yo, en esta breve interpretación.
"Y los judíos tuvieron luz y alegría, y gozo y honra (Ester 8:16)". Este versículo se ubica en la última parte del rollo de Ester. Cuando el pueblo judío se salva del intento de exterminio por parte de Amán se dice que el pueblo judío vivió un día de luz, de alegrías de gozo y de honra. Este versículo se inmortalizó en la Havdalá, forma parte de la ceremonia de finalización de cada Shabbat. לַיְּהוּדִים הָיְתָה אוֹרָה וְשִׂמְחָה וְשָׂשֹׂן וִיקָרתץ. Shabbat simbólicamente se ha transformado en aquel día de extrema alegría y regocijo. Los sabios del Talmud comprenden que cada palabra que describe ese regocijo se refiere a una cuestión en particular. Por ejemplo Orah (Luz) se refiere a la Torá, Simja (alegría) son las festividades, Sason (Gozo) es la circuncisión y finalmente Ikar (honra) son los Tefilin. Cada uno de estos cuatro elementos siempre presentes en la vida judía marcan que no hemos sido destruido, que aunque lo han intentado no han podido terminar con el pueblo judío. Cada uno de estos símbolos es el reflejo de la vida eterna del pueblo de Israel. El estudio de Torá en nuestras mentes, las festividades en el tiempo mientras que la circuncisión y los Tefilin en nuestro cuerpo. Señales de eternidad.
Adran Alaj Megila Nikreet!
Hemos terminado el primer capitulo del tratado de Meguila!
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