Nuestro Daf empieza con una Mishná problemática. Ya vimos en el post anterior que existe la concepción en el mundo talmúdico que es preferible que una persona muera con menos transgresiones cometidas que con un sin número de las mismas. En este contexto y con una leve variable se introduce la siguiente Mishná:
"Estos son los que son salvados (de cometer más transgresiones) incluso con sus propias vidas"
¿Qué significa esto? Hay ciertas personas, como vimos que fue el caso del Ben Sorer uMoré que son "ajusticiadas" antes de que cometan una transgresión para así no llevan consigo aquel pecado. Les dije que era bastante problemática. La Mishná brinda algunos ejemplos: si uno ve a un Rodef (quien persigue) a una persona para matarla o quien persigue a una joven para violarla, uno debe ante esa situación, según la Guemará, terminar con la vida del perseguidor para así salvarlo a este de una nueva transgresión y también para salvar a la victima de ser asesinada o violada. No obstante, y acá vemos una diferencia, quien ve a un judío que está por violar Shabat o por cometer idolatría uno no debe matarlo. Se debe dejar que estas personas cometan sus transgresiones y luego las mismas deberán ser enjuiciadas. En los ejemplos vemos la esencia de la diferencia. Si otra persona corre peligro entonces si podemos intervenir y terminar la vida de quien atenta contra otro ser humano pero si sólo va a trasgredir algo que atenta contra Ds mismo y no contra otro ser humano, le debemos permitir que lleve a cabo sus intenciones.
"Estos son los que son salvados (de cometer más transgresiones) incluso con sus propias vidas"
¿Qué significa esto? Hay ciertas personas, como vimos que fue el caso del Ben Sorer uMoré que son "ajusticiadas" antes de que cometan una transgresión para así no llevan consigo aquel pecado. Les dije que era bastante problemática. La Mishná brinda algunos ejemplos: si uno ve a un Rodef (quien persigue) a una persona para matarla o quien persigue a una joven para violarla, uno debe ante esa situación, según la Guemará, terminar con la vida del perseguidor para así salvarlo a este de una nueva transgresión y también para salvar a la victima de ser asesinada o violada. No obstante, y acá vemos una diferencia, quien ve a un judío que está por violar Shabat o por cometer idolatría uno no debe matarlo. Se debe dejar que estas personas cometan sus transgresiones y luego las mismas deberán ser enjuiciadas. En los ejemplos vemos la esencia de la diferencia. Si otra persona corre peligro entonces si podemos intervenir y terminar la vida de quien atenta contra otro ser humano pero si sólo va a trasgredir algo que atenta contra Ds mismo y no contra otro ser humano, le debemos permitir que lleve a cabo sus intenciones.
Un detalle no menor. A continuación el Talmud estipula que si nosotros podemos detener al agresor sin quitarle la vida y no obstante decidimos quitarle la vida somos nosotros quienes estamos derramando sangre en vano. Este punto es muy importante de ser enfatizado. Primero vamos con un ejemplo talmúdico y luego con uno un poco más moderno: Si vemos a un hombre que está yendo a violar a una mujer en vez de matarlo, lo que plantea el Talmud, es que podemos impedir que este hombre cometa esta transgresión y lastime física y moralmente a esta joven, cortandole su miembro. Sin su pene, el hombre no puede violar. Ante esta situación "salvamos" al hombre de realizar una transgresión mayúscula, le salvamos la vida e impedimos que una joven sea violada. En nuestros días, quizás, este principio se lleva a cabo, por ejemplo, cuando en vez de tomar justicia por mano propia hacemos que la policía intervenga para detener a quien buscaba asesinar o violar a alguien.
¿De dónde surge todo esto? De un maravilloso versículo de Vaikrá 19:16, en el cual se nos dice que no debemos quedarnos inmóviles ante la sangre de nuestro prójimo. Los sabios del Talmud entienden que este principio también nos enseña que si vemos a una persona en peligro como, por ejemplo, si se estuviera ahogando en el mar o unos ladrones lo están viniendo a robar nosotros tenemos la obligación de ir e intentar salvarlo. Si no lo hacemos y nos quedamos inmóviles frente a la sangre (el sufrimiento) de nuestro prójimo seremos nosotros los que estaremos transgrediendo un mandamiento bíblico. Estamos obligados por Ds a no ser indiferentes en el dolor o en el momento de sufrimiento o desesperación de nuestro prójimo. Estamos obligados a actuar.
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