En el post anterior discutimos sobre quiénes eran, según la Mishná y el Talmud, las personas que estaban inhabilitadas para ser jueces o testigos. Por regla general tenemos a los parientes cercanos y a las personas que su única ocupación es la de ser un apostador o un usurero. También dijimos que los "Sojrei Sheviit" los que comercian en el séptimo año están inhabilitados para cumplir estas funciones. Hoy nuestra Guemará nos explica un poco más la situación.
La Torá prescribe que la tierra de Israel se debe trabajar seis años mas el séptimo debe descansar. No se la puede trabajar, no se la puede cosechar ni sembrar. Por regla general, también aprendimos, que quienes son trasgresores "habituales" de los preceptos tampoco pueden servir como testigos o como jueces. Es importante aclarar, como lo hace el Talmud, que quienes trasgreden un mandamiento o una halajá directamente de la Torá no pueden bajo ningún concepto actuar como testigos. No obstante, como es el caso de nuestro comerciante con los productos del séptimo año, los que trasgreden indicaciones y leyes de los sabios (midivrei sofrim) no están automáticamente imposibilitados de dar testimonio. El testimonio de un trasgresor de una ley biblica (por ejemplo: quién prende fuego en shabat) es totalmente inválido. En cambio, quién por ejemplo, viola el segundo Iom Tov para las diásporas, que forma parte de los decretos de los sabios, no esta automáticamente inhabilitado para dar testimonio, sólo lo está cuando se da la Hajraza BeBeit Din, cuando la corte rabínica anuncia que esa persona está violando los mandamientos.
Establezcamos entonces que quienes trasgreden algún mandamiento no pueden ser testigos ya que su palabra no es totalmente confiable. Ahora bien, todos podemos arrepentirnos de nuestros errores. Todos podemos volver en Teshuvá, en arrepentimiento, y acercarnos más a la Torá y a su Ley. ¿Cómo nos hacemos nuevamente confiables? ¿cómo nos hacemos nuevamente meritorios de poder dar testimonio y actuar como jueces? En nuestra página anterior (35b) se nos dice como aquel que comerciaba con los productos del séptimo año y se arrepiente de sus hechos puede volver a "ganarse la confianza" del público y de Ds. Él debe devolver la plata ganada de manera indescente y contraria a la ley del séptimo año. Todo lo que ganó ese año debe devolverlo. ¿Cómo sugiere el Talmud que lo haga? Debe escribir un comunicado público diciendo que él gano ese dinero de manera mal habida, comerciando con los productos prohibidos del séptimo año y que ahora dona toda esa plata para los pobres. Éste es un gran ejemplo que podemos utilizar en nuestras vidas y en nuestras comunidades. Si nosotros mismos en cierto momento, o sabemos de alguien, que ganó dinero no de la forma más honrosa una buena forma de volver en Teshuvá y de llevar a los actos el arrepentimiento del corazón a la acción es devolver esa suma de dinero beneficiando a los más necesitados.
Un dato curioso: El no trabajar la tierra el séptimo año, el año de la Shmitá, es totalmente bíblico. Aparece explicitamente indicado en la Torá y sumamente detallado. No obstante, como ya estudiamos en el tratado de Guitin, por diversas necesidades socio-económicas los sabios encontraron la forma de poder trabajar la tierra en aquel año y también pudieron mantener las deudas y los compromisos de pago (algo que el séptimo año también anula). En nuestra Guemará podemos ver también la gran flexibilidad que tenían los sabios talmúdicos con respecto a la Halajá. Ellos decretaron que si hay un "Ones Gadol", una gran necesidad o una imperiosa necesidad, se puede trabajar la tierra de Israel el séptimo año. Por ejemplo si los judíos que viven en la tierra de Israel, este ejemplo lo da el Talmud, están bajo dominio de un gobierno extranjero y este cobra muchos impuestos, los judíos pueden trabajar la tierra el séptimo año para poder pagarlos y para poder preservar sus vidas (pikuaj nefesh) por miedo a algún castigo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario