Ya establecimos varias veces que son 3 los
jueces necesarios para integrar un Beit Din. También dijimos como son elegidos.
Ahora nos falta algo que ya mencionamos cierta vez ¿Quiénes están calificados y
quienés no lo están para ser jueces? En primer lugar aclaremos que en líneas
generales todo aquel que puede dar testimonio puede ser juez y viceversa.
Habiendo dicho esto digamos también que los descalificados para dar testimonio
o para ser jueces son en primer lugar los “parientes cercanos” de algún litigante.
No puede haber relación de parentesco entre alguna de las partes en conflicto
y los jueces o los testigos. En segundo lugar nuestra Mishná presenta
una serie de hombres que por sus actividades no son válidos ni para actuar como
testigos (edim) ni para ser jueces (daianim). Vamos analizando uno por uno:
1)
HaMesajek VeKubia: El que juega con los dados. En
nuestros tiempos hablaríamos de los apostadores. El Talmud brinda dos razones
distintas para descalificar a los apostadores: La primera es que son “Asmajta” y
estas personas no son confiables. Asmajta viene de la raíz SMJ que significa
apoyar-confiar, y éstas al parecer no son personas confiables ya que prometen
algo que esperan no tener que cumplir. Un ejemplo clásico: “si pierdo esta
partida, algo que ningún jugador quiere, te doy 100 dólares.” Otro sabio nos
dice que es porque estos jugadores de la suerte no se ocupan del asentamiento
productivo del hombre en el mundo. Su plata va y viene con facilidad y sin
esfuerzo sin tener conciencia del valor del dinero y del esfuerzo cotidiano
de millones de personas para conseguirlo. Si ellos no cuidan
su dinero ¿cómo van a cuidar el dinero de los demás durante el juicio? En
definitiva, no son hombres confiables.
2)
Malve Vereviit. El que
presta con interés. Al que se
lo llama comunmente: usurero. Los sabios no dan una explicación en
extenso por qué está inhabilitado para ser juez. Uno podría suponer que
tiene que ver como el caso anterior en que su “quehacer” no es productivo para
el mundo y que al apostar a la “suerte” de las finanzas, los créditos y otras
cuestiones no tienen conciencia real del dinero. Un dato a tener en cuenta para
todos estos casos. La halajá queda fijada que está inhabilitado para ejercer
funciones judiciales cualquiera de estos hombres que su única ocupación sea alguna de las mencionadas. Si uno juega de vez en cuando unos dólares en el
casino pero semanalmente trabaja y “crea valor” está habilitado para ser juez o
testigo.
3)
Mafrijei Ionim. Los que sueltan a los pájaros.
El Talmud explica y discute que esta categoría de hombres inhabilitados para
dar testimonio es similar a la de los apostadores. Ya que dicen que estos “soltadores
de pájaros” son los que realizan carreras de pájaros diciendo “si tu pájaro le
gana al mío, tu ganas”. El Talmud discute que esta actividad es muy parecida
a la de los jugadores de dados pero unos sabios dicen que ambas se diferencian
en el hecho de que en relación a los jugadores de dados su decisión depende de
ellos, ellos creen ser mejores que los otros y que por ese motivo van a ganar,
mientras que en el caso de las palomas, sus dueños ponen la confianza en las
palomas, en un tercero, y no en ellos mismos. En definitiva ambas son
actividades relacionadas con la suerte y no con el trabajo “digno” y es por
este motivo que estos hombres quedan inhabilitados.
4)
Sojarei Sheviit. Los que comercian en el séptimo
año. Esta categoría la analizaremos en más detalle el día de mañana.
El Talmud también incluye en la categoría de
los que están inhabilitados para ser jueces o testigos a los ladrones,
asaltantes y a los pastores de ganado en campos de otras personas, ya que
también son considerados ladrones. Por regla general podríamos decir que
cualquier persona que exclusivamente se ocupa de una profesión deshonrosa o
impropia para lo que la sociedad considere correcto queda inhabilitado para
actuar como juez.
Raba enseña que “nadie se hace a sí mismo malvado”.
Este principio es muy importante ya que nadie se puede auto-acusar. Si alguien
dice que trasgredió algún precepto, lo cual lo inhabilita también para ser juez
o testigo, o bien realiza alguna de las actividades previamente descriptas,
no queda descalificado. Uno no puede auto incriminarse, según la halajá. Si
otro da testimonio que este hombre traspasó algún precepto queda sí
inhabilitado. Tengamos en cuenta esto último ya que la ley judía es muy
estricta en relación a los testimonios, estos deben provenir de personas observantes.
Un ejemplo típico de nuestros días es que para que un casamiento sea valido se
necesitan dos testigos y estos dos deben ser Shomrei Mitzvot, observantes de
los preceptos, si no lo son el matrimonio no es válido.
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