viernes, 21 de septiembre de 2012

Avodá Zará 39 - La confianza


La confianza es una problemática central en la Kashrut. Recordemos que la gran mayoría de las comidas o bebidas elaboradas por no judíos están prohibidas por el Talmud por la poca confianza que los sabios de aquella generación le tenían a los no judíos que vivían en su entorno. El vino de los no judíos podría haber sido usado para libaciones paganas, por eso se prohibió. Los quesos quedan prohibidos por existir la sospecha, ergo la poca confianza, de que los no judíos cambien y les vendan a los judíos quesos con productos de animales prohibidos. 

Por este motivo para ciertos productos, como el vino, los sabios del Talmud exigen que si los mismos se encuentran bajo dominio o cuidado de los no judíos estos tengan dos sellos (con sus respectivos envoltorios) para que luego puedan ser consumidos por algún judío. Como no se tenía confianza en los no judíos por miedo a que envenenaran la comida o la intercambiaran con productos no aptos, los sabios decidieron marcar con sellos ciertos productos para permitir luego el consumo. Algunos productos, en los cuales los sabios dudaban menos, solo requieren un sello para autentificar su kasrhut. La leche es un ejemplo. 

Los amigos y la kashrut. Si un amigo viene a tu casa y te trae una carne o un vino, siendo que ambos productos carecen de elementos para verificar si son aptos o no, uno no debe dudar ni inspeccionarlos. Debe confiar en que su compañero no le va a "vender gato por liebre". Si me trae una carne a mi casa, no le voy a preguntar si la misma es kasher o no, voy a suponer en primera instancia que es kasher. Si bien esta era la halaja en los tiempos de Maimonides no obstante hoy la situación cambió. Muchos de nuestros amigos y compañeros judíos no observan las normas de kashrut por lo cual nunca está de más aclarar cuando uno es invitado a la casa de alguien a comer o cuando alguien trae algún producto a tu casa que uno consume sólo productos kasher.  

Los sirvientes son como los amigos. Si un amigo, al cual yo le tenìa confianza en relación al kashrut y sabía que todo producto que me traía o me vendía era apto para mi consumo personal, tiene un sirviente, o en nuestros días un empleado, el Talmud nos dice que nosotros debemos tener la misma confianza con él que con nuestro amigo. Un ejemplo práctico en nuestros días es por ejemplo las empleadas domésticas. Si yo confío en la kashrut de los dueños de la casa y su empleada me trae a mi casa cierta comida, a menos que la misma me de razones para dudar, yo debo en primera instancia siempre confiar en que la comida es apta para ser consumida. 

Los pescadores. Un dato más sobre la confianza que ilustra mi planteo. El Talmud nos presenta el caso de un pescador que trae una gran canasta con más de 100 pescados. Si tan solo uno de estos pescados muestra las señales de que es apto, o sea que tenga aletas y escamas, los sabios del Talmud dictaminan que uno debe tener la confianza para suponer que todos los otros pescados son Kasher; sin la necesidad de revisar uno por uno.

Es impresindible, en este sentido, recuperar la confianza en el otro. Sea judío o no. Si alguien nos dice que cierto producto es kasher, y no tenemos razones fundadas para dudar, entonces debemos seguir las enseñanzas de los sabios del Talmud y comer o tomar sin problema. 

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