Normalmente decidimos, ciertamente con fundamentos, que un converso es un "judío al 100%". Usualmente utilizamos la expresión talmúdica de "Iehudí LeJol Davar" (un judío en todo sentido). Si bien este principio es cierto tiene también como toda regla sus excepciones. En términos generales un no-judío que se convierte es un judío "pleno" en cuanto a obligaciones y derechos y no hay diferencias "sustanciales" entre un judío por nacimiento y un judío por elección. Sin embargo dispersos en el Talmud encontramos algunos casos donde sí hay alguna diferencia entre un judío por nacimiento y un judío por elección.
En Deuteronomio 22 (13-21) se describen unas leyes en relación a la joven que luego de casarse el marido declarará que la encontró no-virgén. Es decir, sobre jóvenes que tuvieron relaciones sexuales antes del matrimonio (denominadas Znut-Promiscuas por los rabinos). Allí (versículo 19) se habla de "sobre una virgen de Israel". La Mishná y posteriormente el Talmud notan que específicamente el versículo hace hincapié en una joven de Israel, es decir que todas las leyes detalladas en esta sección solo aplican para una joven (Naará) judía. Por este motivo el Talmud divide las diferentes leyes de está sección en tres categorías dependiendo del "estatus" de la joven:
1) Si la joven se convirtió con su madre ninguna de las leyes mencionadas en está sección aplican a esta niña convertida al judaísmo.
2) Si la concepción se realizó antes que la mujer se convierta pero el parto sucedió una vez que la madre ya era judía algunas leyes aplican y otras no. Es un estatus intermedio.
3) Si la concepción y el nacimiento se dieron una vez que la madre ya se convirtió al judaísmo la joven es considerada judía "en todos los sentidos".
Desde mi humilde conocimiento si bien comprendo que hay ciertos pasajes bíblicos como el de "sobre una virgen de Israel" que llevaron a nuestros maestros a realizar este tipo de exegesis en relación a algunas leyes creo que también existe algún tipo de estratificación social y mental de nuestros sabios (y también ciertos prejuicios) en relación a un judío por nacimiento y un judío por elección. Lo vemos en los términos que utilizan "concebida en santidad vs. no concebida en santidad". Creo que estos casos puntuales deben ser estudiados en profundidad, contextualizados y en cierto sentido también criticados para evitar que en nuestros días hablemos de dos categorías de judíos; aquellos que nacieron judíos y aquellos que decidieron hacerse judíos. Todos somos igualmente judíos.
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