A la cultura occidental de "derechos humanos" el judaísmo le contrapone la noción de "obligaciones humanas". Estamos acostumbrados a exigir nuestros derechos sin responsabilizarnos por nuestras obligaciones. La tradición talmúdica considera que antes de los derechos están las obligaciones. Estamos obligados a dar y es sólo en consecuencia de esta obligación que otros podrán recibir. Los derechos comienzan con obligaciones.
En el Post anterior analizamos que los habitantes de una ciudad están obligados a aportar para la construcción de una muralla. La pregunta que hoy intentará responder el Talmud es ¿Quién es considerado un habitante? Luego de varias discusiones, como en todo folio talmúdico, los rabinos dicen que hay dos categorías a diferenciar: Anshei Hair y Ioshvei Hair. Los primeros son los habitantes de una ciudad, los que podríamos llamar ciudadanos. Después de doce meses de residencia en un lugar somos considerados como hombres y mujeres de la ciudad. La segunda categoría, Ioshvei Hair (los que se asientan), son los que por lo menos están más de treinta días en una ciudad. Estos no tienen el estatus de ciudadanos pero tampoco son considerados como medios turistas.
El ser ciudadano o habitante de una ciudad no da derechos sino más bien implica responsabilidades. Desde los 30 días uno está obligado a aportar para el Tamjui (una "olla popular" con la cual se alimenta a los pobres), desde los 3 meses uno tiene que aportar a la Kupá (la caja de Tzedaka, de "caridad"), a los seis meses uno tiene que aportar también para dar ropa a los más necesitados, a los nueve debe aportar para financiar el entierro de quienes no pueden hacerlo y finalmente a los doce meses ya se convierte en un ciudadano de la ciudad y debe aportar también para la seguridad de la misma. Habitar en un lugar no nos da en primera instancia beneficios sino que nos genera responsabilidad. Una responsabilidad absoluta e inclaudicable con el Otro, el que necesita más que uno.
Según el Talmud únicamente sobre los huérfanos no decretamos que deben aportar para la ayuda social. Según los sabios los Gabaei Tzedaka (los recolectores de de ayuda social) cumplen una función central en la comunidad. Ellos pueden obligar, y tienen la autirodad para hacerlo, a todos los habitantes de la ciudad a contribuir con la Tzedaka. Y su tarea es tan noble que según los rabinos su recompensa "divina" es más grande que la recompensa de quienes dan tzedaka ya que ellos no solo dan sino que hacen que los demás también lo hagan.
Existe una diferencia entre Tamjui y Kupá. La primera es comida y la segunda es dinero. Los sabios dicen que el dinero para el Tamjui se junta todos los días mientras que para la Kupa se hace una vez por semana. Para la comida no se puede esperar. La Kupa es para los pobres de la ciudad mientras que el Tamjui es para todos los pobres del mundo. En otras palabras: la comida no se le niega a nadie.
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