Comenzamos el quinto capitulo del tratado de Sotá. Los sabios de la época de la Mishná hicieron un gran jidush (propuesta novedosa). Leyendo atentamente el texto de la Torá en el cual se encuentran todas las reglamentaciones en relación a la mujer sospechada de adulterio encontraron que las aguas amargas no sólo afectan a la mujer sino también al amante. Dijimos ya que las aguas eran "mágicas" y que de comprobar que la mujer cometió adulterio las mismas entran a las entrañas, hinchan el vientre y hacen caer el muslo (Bemidbar 5:22) produciendo finalmente la muerte. Los sabios nos dicen que si la mujer es culpable en el mismo momento que las aguas comienzan a surtir efecto en ella, comienzan a surtir efecto en su amante. Ambos mueren por esas aguas amargas.
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