En esta ocasión el Talmud señala que tenemos que tener cuidado en relación a cómo "llamamos" a los otros, cómo los denominamos y cómo nos referimos a ellos. El Talmud da cuenta de que somos sensibles ante la palabra del otro y por este motivo castiga y condena a quien desprecia a su compañero con palabras ofensivas. Veamos los tres ejemplos que el Talmud trae:
- Esclavo. Está prohibido que un hombre le diga a su compañero "tu eres mi esclavo" o "vos sos un esclavo". Quien dice estas palabras puede ser condenado por una corte rabínica a un ostracismo temporario (Nidui).
- Bastardo. Quien llama a su compañero "bastardo" (Mamzer) o le dice que se comporta como un bastardo puede ser condenado a recibir los cuarenta (menos un) latigazos ordenados por la Torá para corregir los actos de los hombres.
- Malvado. Y el "peor" de todos, quien llama a su compañero "malvado" (Rashá) es suceptible de que aquel compañero pueda "arruinarle la vida en todo lo que él desee". La venganza, en este sentido, sería personal.
A cuidar las palabras que salen de nuestras bocas!
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