Si bien el tratado de Kidushin versa mayoremente sobre temas relacionados con el matrimonio ustedes ya conocen esa manía del Talmud de asociar libremente ideas y de paso cañazo (Derej Agav) enseñar algo que está relacionado de alguna manera con el tema en cuestión. En este caso, la segunda Mishná de Kidushin trata sobre cómo se "adquiere" a un esclavo y cómo ese esclavo puede adquirir la libertad. El punto de conexión es evidente. La primer Mishná hacía referencia a como se "adquiere" una mujer para el matrimonio y esa Mishná habla de como se adquiere a un esclavo.
Un esclavo judío (Eved Ivrí), que podía llegar a ser esclavo o bien porque se quedó sin tierras y sin medios para mantener a su familia por lo cual debía vender su fuerza de trabajo para poder sobrevivir, o bien podía llegar a ser vendido por un tribunal rabínico, puede ser adquirido a través de dos formas: por dinero o por un documento. Excepto, claro está, la relación sexual, estos son los mismos mecanismos que el Talmud establece para desposar a una mujer.
La esclavitud de hebreos, a diferencia del Eved Knaani (el esclavo no judío) jamás podía ser eterna, de alguna forma u otra el esclavo debía poder adquirir nuevamente su libertad. El Talmud nos enseña que el Eved Ivrí podía adquirir su libertad, ser dueño nuevamente de sus tiempos y de sus pertenencias - otra similitud con la mujer para la cosmovisión de aquellos tiempos - mediante tres mecanismos. Al cabo de seis años de trabajo debía salir en libertad, o bien si no terminó de cumplir esos seis años de trabajo podía "abonarle" a su amo un porcentaje por el tiempo que no trabajará para él y por último aunque el esclavo haya sido adquirido 2 días antes del año del jubileo (shnat Haiovel) éste debía salir indefectiblemente en libertad. Las esclavas mujeres tenían una cuarta forma de salir en libertad. Si eran adquiridas antes de la pubertad apenas le salieran los signos (simanim) de la pubertad sus amos estaban obligados a dejarla en libertad.
Un último dato. Existía también en el antiguo Israel el esclavo de la oreja agujereada (Eved Hanirtzá). Este tipo de esclavitud ocurría cuando un hombre, y solamente un hombre ya que no podía haber una esclava de oreja agujereada, que es esclavo decide de forma voluntaria al cabo de seis años de trabajo continuar bajo el dominio de sus amos. Elige seguir siendo esclavo. Y como forma de mostrar esta situación el amo debía augerearle el lobulo derecho. Este tipo de esclavos sólo adquieren su libertad con la muerte del amo y con el año del jubileo. El año 50 es un año de libertad absoluta sobre la tierra; incluso aunque uno quisiera continuar como esclavo la Torá lo comanda a salir en libertad.
P.D: el rechazo de muchas autoridades rabínicas a que los hombres se perforen las orejas (más allá del daño que le puede producir al cuerpo y de que usualmente los aros eran una "vestimenta femenina") reposa en la imagen del esclavo hebreo que elegía continuar siendo esclavo aunque podía ser libre; y como castigo le agujereaban la oreja.
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