martes, 8 de enero de 2013

Rosh Hashana 29 - Sobre obligaciones y bendiciones


¿Quiénes están obligados a tocar (o a escuchar) el sonido del Shofar? El Talmud es enfático: todos los hombres de Israel, ya sean sacerdotes, conversos, levitas o esclavos liberados están comandandos a tocar (o eventualmente, como sucede en nuestros días, a escuchar el sonido del Shofar). Los esclavos, los niños y las mujeres no están obligados; sin embargo – y esto es central para los movimientos liberales – los rabinos medievales establecieron que si una mujer quiere tocar el Shofar puede hacerlo sin ningún problema. 
Sacar a otros de la obligación (Lehotzi Ajerim al iedei Jovatam). Como no todos somos expertos en tocar el Shofar otros pueden sacarnos de nuestra obligación de tocar el Shofar. Si una persona toca el Shofar y yo pongo intención en la escucha yo quedo exceptuado de la obligación de tocarlo por mi cuenta. Sin embargo, y este es un principio general, el Talmud establece que sólo quien está obligado a cumplir una Mitzvá puede sacar a otro de su obligación. En este sentido la halajá clásica estableció que por lo general sólo los hombres adultos (mayores de 13 años) pueden sacar a los otros de la obligación; por este motivo por lo general fueron ellos quienes condujeron las plegarias, ya que las mujeres, por más de que podían tocar el Shofar, por ejemplo, por voluntad propia no estaban técnicamente obligadas por lo cual no podían sacar a otros de su obligación (excepto a otras mujeres que también decidieran obligarse a sí mismas a escuchar el Shofar).

Un dato de color! Es interesante que el Talmud resalta que el Tumtum (aquella persona que no tiene desarrollado o no tiene visible ni el aparato reproductor femenino ni el masculino) no puede sacar a nadie de la obligación ya que técnicamente no es ni hombre ni mujer. Sin embargo el Androginos (aquella persona que nació con ambos aparatos reproductores) sólo puede sacar de la obligación a aquellos otros Androginos que compartan sus mismas características fisiológicas.

Un dato más. Una persona que ya tocó el Shofar o que ya comió Matzá no obstante puede volver a recitar la bendición y sacar a otras personas de su obligación de hacerlo ya que estas son Mitzvot. Sin embargo todas las bendiciones de deleite (de comidas y de olores) solo puede sacar con su recitado a otros de la obligación si el mismo como o huele junto a los demás, sino otra persona que todavía no comió debe hacerlo. O sea: el Kidush una persona puede repetirlo cuantas veces quiera para sacar a otros de la obligación de recitarlo (ya que es una Mitzva) mas la bendición de Hamotzi antes de comer Jalá solo puede pronunciarla, y sacar a otros de la obligación de recitarla, quien va a comer pan.

Extra: Todos son símbolos. Hasta en nuestros días hay personas que creen en los amuletos mágicos que curan, que espantan el mal de ojo y vaya uno a saber cuántas cosas más. Es notorio como los sabios del Talmud, hace más de 1600, superaron muchas de estas supersticiones. La Torá (Shemot 17) cuenta que cuando el pueblo de Israel salía a la batalle si Moshé tenía los brazos en alto entonces el pueblo judío vencía mas si los bajaba el pueblo perdía. El Talmud trata de tontos a quienes entienden este versículo de forma literal como si los brazos de Moshé tuvieran superpoderes. Por el contrario el Talmud afirma que esto es un símbolo que viene a significar que cuando el pueblo de Israel deposita su confianza en las alturas (en Dios) y mira alto entonces el pueblo de Israel triunfa en la batalla mientras que si mira hacia abajo y no tiene confianza ni en Dios ni en sí mismos entonces pierden. Lo mismo explica el Talmud en torno a aquel bastón con serpiente (Bemidbar 21) que cuando uno la miraba uno se curaba. Cada objeto de la tradición judía es un símbolo que hace referencia a algo más; si nos quedamos sólo en los objetos siempre nos faltará algo. 

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