¿Quiénes están obligados a tocar (o a
escuchar) el sonido del Shofar? El Talmud es enfático: todos los hombres de
Israel, ya sean sacerdotes, conversos, levitas o esclavos liberados están
comandandos a tocar (o eventualmente, como sucede en nuestros días, a escuchar
el sonido del Shofar). Los esclavos, los niños y las mujeres no están
obligados; sin embargo – y esto es central para los movimientos liberales – los
rabinos medievales establecieron que si una mujer quiere tocar el Shofar puede
hacerlo sin ningún problema.
Sacar a otros de la obligación
(Lehotzi Ajerim al iedei Jovatam). Como no todos somos expertos en tocar el
Shofar otros pueden sacarnos de nuestra obligación de tocar el Shofar.
Si una persona toca el Shofar y yo pongo intención en la escucha yo quedo
exceptuado de la obligación de tocarlo por mi cuenta. Sin embargo, y este es un
principio general, el Talmud establece que sólo quien está obligado a cumplir
una Mitzvá puede sacar a otro de su obligación. En este sentido la halajá
clásica estableció que por lo general sólo los hombres adultos (mayores de 13
años) pueden sacar a los otros de la obligación; por este motivo por lo general
fueron ellos quienes condujeron las plegarias, ya que las mujeres, por más de
que podían tocar el Shofar, por ejemplo, por voluntad propia no estaban
técnicamente obligadas por lo cual no podían sacar a otros de su obligación
(excepto a otras mujeres que también decidieran obligarse a sí mismas a
escuchar el Shofar).
Un dato de color! Es interesante que el
Talmud resalta que el Tumtum (aquella persona que no tiene desarrollado o no
tiene visible ni el aparato reproductor femenino ni el masculino) no puede
sacar a nadie de la obligación ya que técnicamente no es ni hombre ni mujer.
Sin embargo el Androginos (aquella persona que nació con ambos aparatos
reproductores) sólo puede sacar de la obligación a aquellos otros Androginos
que compartan sus mismas características fisiológicas.
Un dato más. Una persona que ya tocó el
Shofar o que ya comió Matzá no obstante puede volver a recitar la bendición y
sacar a otras personas de su obligación de hacerlo ya que estas son Mitzvot.
Sin embargo todas las bendiciones de deleite (de comidas y de olores) solo
puede sacar con su recitado a otros de la obligación si el mismo como o huele
junto a los demás, sino otra persona que todavía no comió debe hacerlo. O sea:
el Kidush una persona puede repetirlo cuantas veces quiera para sacar a otros
de la obligación de recitarlo (ya que es una Mitzva) mas la bendición de Hamotzi
antes de comer Jalá solo puede pronunciarla, y sacar a otros de la obligación
de recitarla, quien va a comer pan.
Extra: Todos son símbolos. Hasta en
nuestros días hay personas que creen en los amuletos mágicos que curan, que
espantan el mal de ojo y vaya uno a saber cuántas cosas más. Es notorio como
los sabios del Talmud, hace más de 1600, superaron muchas de estas
supersticiones. La Torá (Shemot 17) cuenta que cuando el pueblo de Israel salía
a la batalle si Moshé tenía los brazos en alto entonces el pueblo judío vencía
mas si los bajaba el pueblo perdía. El Talmud trata de tontos a quienes
entienden este versículo de forma literal como si los brazos de Moshé tuvieran
superpoderes. Por el contrario el Talmud afirma que esto es un símbolo que
viene a significar que cuando el pueblo de Israel deposita su confianza en las
alturas (en Dios) y mira alto entonces el pueblo de Israel triunfa en la
batalla mientras que si mira hacia abajo y no tiene confianza ni en Dios ni en
sí mismos entonces pierden. Lo mismo explica el Talmud en torno a aquel bastón
con serpiente (Bemidbar 21) que cuando uno la miraba uno se curaba. Cada objeto
de la tradición judía es un símbolo que hace referencia a algo más; si nos
quedamos sólo en los objetos siempre nos faltará algo.
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