domingo, 6 de mayo de 2012

Sanhedrín 67 - Mesit y Madiaj


Estamos terminando este séptimo capítulo del tratado de Sanhedrín. 

De los últimos en ser lapidados serán en este caso serán: el mesit y el madiaj. Ambos incitan a otros a realizar Avodá Zará, a prosternarse o a ofrecer sacrificios o inciensos a otros dioses. Tanto como es castigado el individuo de la comunidad de Israel, tanto hombre como mujer, que realiza idolatría es también castigado el que incita, el que pervierte a otros de la comunidad a seguir sus prácticas idolátricas. El mesit es el que pervierte y trata de incitar a otro judío, a uno solo, a cometer idolatría diciéndole, por ejemplo, “vayamos y ofrezcámosle sacrificios a tal o cual deidad”. El madiaj es el que pervierte a una ciudad entera o a una multitud de judíos. Cualquiera de las personas que se la encuentre culpable de incitar a otros a realizar idolatría es muerto por Skilá. Estas leyes se aplican también a los falsos profetas (esta cuestión debe leérsela puntualmente en el contexto histórico donde más de un personaje, entre ellos Jesús, se proclamó profeta de Israel).

Y ahora sí, los últimos en morir: Los magos. Hace unos días estudiamos como diferentes cuestiones relacionadas con la necromancia o las prácticas del estilo de la brujería eran condenadas. El Talmud presenta ahora que la magia, en sentido general, debe ser desaconsejada. Abaye, sin embargo, es más meticuloso y comprende que las leyes de la magia son parecidas a las de Shabat. En ambas hay cosas que están prohibidas y que se castigan con Skilá, otras están excentas de castigo pero están prohibidas y otras cosas están totalmente permitidas. Si alguien realmente hace “magia” (se entiende acá que invoca poderes sobrenaturales para realizar sus trucos) esta persona debe ser muerta por lapidación (Skilá), si alguien hace una ilusión está exceptuado de la muerte pero igual se le está prohibido que realice dichas prácticas por la similitud que tiene con la magia. 

Finalmente ¿Cuáles son las cuestiones mágicas que están permitidas? Abaye da un ejemplo y nos dice que puede ser como las que hacían Rabi Janina y Rabi Oshaia cada tarde antes de Shabat, en las cuales se juntaban a estudiar las leyes de la creación (del Sefer Haietzirá) y creaban un animal y luego se lo comían (sí, señores estas historias de la literatura fantástica también aparecen en el Talmud). En la Halajá queda codificado que se permite, en primer término, realizar estas “artes oscuras”, que se encuentran por encima de la naturaleza, si están hechas en nombre del Cielo (Leshem Shamaim). No obstante, los legisladores de la halajá nos indican que estas practicas no deberían seguirse a menos que sea para salvar a muchos o para realizar una gran Mitzvá. Recordemos que esta idea de la creación de seres animados o de cosas ex nihilo a través de la permutación de las letras del nombre inefable de Ds se encuentra muy presente en la literatura judía medieval. Incluso más, el famoso Golem del Maharal de Praga del siglo XVI fue, según el mito judío creado por esta permutación de letras (una historia similar a la del Golem se encuentra también en el Talmud).

Adran Alaj Arbá Mitot, volveremos a ti “arbá mitot”.

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