Quien teje una prenda para un muerto... Así comienza nuestro tema de estudio de hoy. Abaie considera que si alguien tejió cualquier prenda de ropa con el fin de que la use una persona que, finalmente falleció, queda prohibida de ser usada por cualquier otra persona, mientras que Raba permitía su uso. Un poco de contexto y de algún que otro dato vendrían bien. La Halajá prohíbe lo que se denomina "Hanaat Hamet", tener provecho/goce/usufructo u algo similar del muerto. Nada de lo que el muerto tenga en el momento de fallecer puede ser vendido, o incluso, usado por otra persona. Por ejemplo si una persona al fallecer tiene puesto un reloj Rolex el mismo no puede ser vendido, al muerto se lo debe enterrar con ese reloj en el ataúd o bien se lo debe tirar. El principio general es que no se puede tomar provecho de un muerto. La cuestión es ¿Qué pasa con una prenda que estaba siendo cosida para él pero que nunca llegó a usar? ¿Pueden otras personas tener disfrute de aquella prenda? Para Abaie no ya que la designación es un acto material. Según su visión si yo le designé verbalmente algo a alguien esa cosa ya está en su dominio por lo cual los otros no pueden tener disfrute de aquello. Por el contrario Raba comprende que la designación no es un acto material por lo cual si el fallecido no utilizó la prenda cualquier otra persona la puede utilizar.
Los Tefilin (filactérias): En una discusión similar Rab Jisda sostiene que si se confeccionó una bolsa para ser usada para envolver los Tefilín y la misma fue finalmente usada no puede ser luego usada para otro fin, si no fue utilizada puede ser usada para guardar monedas por ejemplo. Abaie sostiene aquí el mismo principio que anteriormente aprendimos, si algo fue designado para tal o cual uso, posteriormente no puede ser usado para otro cualquiera. La cuestión y la disputa llega a una resolución con la siguiente enseñanza de los sabios: Si una persona le pide a un artesano que le prepare un cobertor para la Torá o un recipiente para poner sus Tefilin, antes de ser usados para estos fines sacros pueden ser usados para cuestiones "seculares-profanas", pero en el momento de que se usan por primera vez para asuntos sagrados nunca más pueden ser usados para cuestiones profanas. Esta afirmación de los sabios tira abajo los argumentos de Abaie ya que acá vemos en que hay una diferencia entre la designación y el uso per se.