Nuevo capitulo cuyo nombre es "Mi Shemeto". La primer Mishná nos enseña cómo debemos proceder, y quién está obligado - y quién no - a decir el Shema cuando alguien muere. Si uno tiene un muerto delante uno está exento de decir el Shema o de cumplir cualquier Mitzva de la Torá. Luego se nos habla que los que se encargan de los preparativos del muerto, dependiendo la circunstancia, están obligados o exceptuados de pronunciar el Shema.
Regla general. "Las mujeres, los esclavos y los pequeños están exceptuados de la lectura del Shema, de los Tefilin. Pero están obligados a la Tefila (Amida), a la mezuza y a decir el birkat hamazon". En los próximos días ampliaremos el por qué.
Volvamos a los muertos. Quien tiene un muerto delante no puede comer frente a él, lo mejor sería que se vaya a otra casa, si no tiene otra casa debe ir a otro cuarto, si no tiene otro cuarto debe poner una mejitzá (una separación) entre él y el muerto. Si no tiene con qué hacer una separación, que se de vuelta. Lo mismo aplica a ponerse los teflin o a la hora de cumplimentar cualquier Mitzvá. La misma no debe hacerse frente a un muerto porque es como despreciar los mandamientos. No debemos ir a un cementerio con un Sefer Torá o con Tefilin. Tampoco debemos ir con tzitziot colgando ya que se cuenta que los mismos eran tan largos que tocaban las tumbas y los muertos sentían que los vivos los estaban despreciando ¿Por qué? Porque era una manera de gozarlos diciéndoles: "nosotros podemos seguir cumpliendo mitzvot y ustedes no".
Moviendo los huesos. En relación a los muertos se trae una enseñanza: quien mueve los huesos de un muerto no debe ponerlos en la espalda de un animal para transportarlos porque esto es una muestra de desprecio al muerto. La tradición enfatiza la noción de Kavod Hamet, honrar al muerto. Pero ¿por qué se trasladaban los huesos? Cuentan los sabios post-talmúdicos que era común en los tiempos de la Mishná que se enterrasen a las personas y que luego de un tiempo cuando su carne se descomponía sus huesos eran sacados de las tumbas y trasladados a cofres de piedra.
Halvaiat Hamet. Uno de los preceptos más importantes es honrar al muerto y una de las formas más importantes de honrarlo es acompañarlo a él y a su familia en su entierro, esto se denomina Halvaiat Hamet. Rajaba enseña que quien ve una procesión y no se suma a acompañar al muerto es considerado un malvado.
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