A
continuación en este Daf se presentan una serie de pequeñas Mishnaiot (plural
de Mishná) con pequeñas Guemarot a continuación (plural de Guemará). Esto no es
común ya que por lo general con una Mishná de unas 3-4 líneas la Guemará puede
estar trabajando por más de una página (incluso llegue a estudiar más de 8
páginas de Guemará para una pequeña Mishná). Y aquí vi algo que nunca había
visto, una Mishná más grande que una Guemará. Miren con que poco me contento!
Primera
Mishná. Una Ketaná (pequeña, menos de 12 años) que dice "recibe este Get
por mí", no será un Get hasta que llegue a su mano porque hay un principio
general que establece que los menores de edad no pueden hacerse de un enviado. Por
este motivo si el Get todavía no llegó a las manos de la pequeña y el marido se
arrepiente puede hacerlo y el divorcio no se efectúa. Pero si el enviado
es enviado por el padre
y el marido se arrepiente no puede volver atrás porque el
padre mandó un Shaliaj LeKablá, un enviado que al recibir el Get es como si él
mismo o su hija lo hubiese recibido.
Segunda
Mishná. Una mujer que dice "trae para mí el Get" puede comer de la
Trumá hasta que el mismo llegue a sus manos. Si dice "recibe por mi el Get" le está prohibido
comer de la Trumá inmediatamente. Expliquemos. Esta mujer era una bat Israel
casada con un Cohen. Los Cohanim tenían una comida que sólo ellos o su familia
pueden comer que se la
llama Trumá, que es una comida "santificada" a
diferencia de Julín, una comida "banal". Entonces esta mujer sólo
puede comer de la Trumá cuando está casada con su marido Cohen. Si manda un
enviado a que simplemente busque el Get ella puede seguir comiendo porque el
divorcio solamente será válido cuando el documento llegue a sus manos. En el
caso que haya mandado un Shaliaj para recibir en nombre de ella no puede seguir
comiendo porque tenemos (como dijimos ayer, ver la Guemará anterior) la
suposición de que el enviado cumplió su tarea y ya recibió el Get; por lo cual
si ella come de esa comida una vez divorciada ella esta trasgrediendo un
mandamiento de la
Torá. La Guemará entiende que el segundo enunciado es muy
obvio, se debía suponer que inmediatamente ella estaba inhabilitada para seguir
comiendo. Pero aún así lo dice porque uno quizás hubiese pensado que
si uno le dice a su enviado que vaya para el oeste (a buscar a su marido) y éste
va para el este, ella podría haber seguido comiendo porque el enviado se
equivocó de camino y no lo iba a encontrar. Pero la Guemará sugiere que la
Mishná lo aclara porque incluso en este caso si la mujer le dice que vaya para
el oeste y él va para el este puede llegar a encontrarse de casualidad con el
marido y ella estaría así infringiendo un mandamiento.
Un
detalle importante. ¿Qué pasa si el Shaliaj no sigue al pie de la letra lo
ordenado por quien lo envió pero esto no cambia la esencia de su misión? El
caso que se da es que mandan a un Shaliaj a poner cierta comida en un lugar
para así formar el Eruv (recuerden que este era un artilugio rabínico
para poder cargar en Shabbat. Lo que se hace es poner cierta comida en un lugar
y decir que el que quiera puede comer de ahí, por lo cual estamos ‘transformando’
el dominio privado en público por un lapso de tiempo determinado). Este hombre
pone otra comida. Por ejemplo, le dijeron que ponga naranjas y puso peras. Los jajamim
dicen que tenemos que ser meticulosos y que si el enviado no siguió al pie de
la letra lo que le encomendaron ese Eruv no es válido. Pero Rabi
Eleazar dice que si esto que hizo no cambia la esencia de lo que le fue
encomendado el Eruv es válido. La Halajá, en este caso, quedará como los
jajamim.
Tercera
Mishná. Esta Mishná enfatiza algo que nuestros maestros solían
hacer hincapié: el vocabulario que usamos debe ser preciso. Uno le puede
decir a su Shaliaj "Escribe un Get para mi mujer", "divórciala"
o "escribe una carta y dásela", en todos estos casos la mujer quedará
divorciada porque se considera que es el lenguaje correcto. Pero si uno usa
otras formas de decirle al emisario que divorcie a la mujer como ser
"hazla libre", "dale la plata" o "haz con ella
según la ley", la mujer no será divorciada ya que no utilizó el lenguaje
correcto. La Guemará luego ampliará las palabras y lo hará más especifico.
Conclusión:
Los que dan la orden deben ser claros y precisos al darla. Quien la recibe,
debe acatar al pie de la letra lo que le fue encomendado.
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