martes, 12 de junio de 2018

Jaguigá 14 - De guerreros a sabios

Una de las transformaciones en la historia judía más fundamentales es el modelo de liderazgo y concepto de héroe entre la Biblia y el Talmud. En la Biblia el líder, y el héroe, es el hombre fuerte y valiente, el rey y el líder militar. En cambio en los tiempos rabínicos, cuando la sociedad judía había perdido autonomía y los nuevos líderes de la comunidad eran eruditos bíblicos y no grandes guerreros, los sabios tuvieron que recurrir a la exegesis bíblica para "sustentar" su modelo de liderazgo y sus "heroes contemporáneos" en la propia Biblia. Donde la Biblia habla de heroes militares la tradición rabínica leerá sabio. Un claro ejemplo de este fenómeno es la famosa cita de Pirkei Avot (4:1): " ¿Quién es fuerte?  El que domina su inclinación, según está escrito: mejor es el paciente que el fuerte, y quien domina su espíritu (es mejor que: quien conquista una ciudad (Proverbios 16:32)" El fuerte, el poderoso, el héroe, en la tradición rabínica no podía ser el fuerte bíblico (los personajes como Shimshon, el Rey David o Ieoshua) ya que ellos carecían de aquellas características por lo cual permutan el significado de fuerte de una característica física a una cualidad espiritual interna. Esta transformación del "héroe bíblico" al "héroe rabínico" se puede ver claramente en la interpretación rabínica de un pasaje de Isaías que se encuentra en nuestro folio talmúdico:

"Porque he aquí que el Señor Adonai de los ejércitos quita de Jerusalén y de Judá al sustentador y al fuerte, todo sustento de pan y todo socorro de agua; el valiente y el hombre de guerra, el juez y el profeta, el adivino y el anciano; el capitán de cincuenta y el hombre de respeto, el consejero, el artífice excelente y el hábil orador. Y les pondré jóvenes por príncipes, y muchachos serán sus señores." (Isaías 3:1-4)
El sentido literal del pasaje de Isaías es que Dios por su enojo contra el reino de Judea es que dejará a aquel territorio sin todos sus líderes espirituales, jurídicos, guerreros y políticos. Sin embargo la audaz pluma talmúdica transformará cada uno de estos conceptos en personajes de sus propios tiempos y de su propia cultura: 

  1. Sustentador: Los maestros de la Biblia
  2. Fuertes: Los maestros de Mishná
  3. Todo sustento de pan: Los maestros de Talmud
  4. Todo socorro de agua: Los maestros de Agadá
  5. El valiente: Los maestros de la tradición halájica. 
  6. El hombre de guerra: Los que hacen la "guerra de la Torá".
  7. Un juez: es un juez
  8. Un profeta: es un profeta.
  9. El adivinador: el rey.
  10. El anciano: Aquella persona que puede ocupar el puesto de líder de una academia rabínica.
  11. Capitán de cincuenta (Jamishim): El capitán de los libros de la Torá (Jumashim)
  12. Hombre de respeto: Aquel que por su honor su generación haya gracia. 
  13. El consejero: Aquel que sabe intercalar los años y los meses. 
  14. Artífice excepcional: Este es el estudiante que hace más sabio a su maestro por sus preguntas...


Y así continúa... la transformación es total. De líderes políticos y militares a líderes intelectuales y espirituales. Los rabinos, al comienzo de su liderazgo, debían encontrar sustento a su estilo de vida confinado al estudio riguroso de la Biblia siendo que la Biblia en ningún momento menciona si quiera la palabra rabino (maestro), ni el estudio de la Torá como una ocupación diaria... para tapar aquel agujero los rabinos reinterpretan los pasajes bíblicos para darse a ellos mismos autoridad. Una movida magistral. 

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