En está Sugya se nos presentan muchas de las famosas Takanot de Usha, muchos de los decretos rabínicos establecidos por los sabios en la ciudad de Usha, Babilonia. Uno de esos decretos es el que establecía que un padre está obligado a alimentar a sus hijos (el cual analizamos en el último post). Hoy quisiera concentrarme en otro de los decretos más interesantes. Rabí Eilá nos dice que en Usha los sabios establecieron que "Quien quiera repartir su dinero no debe repartir más que un quinto". Es decir que la Tzedaká debe tener un límite. Uno puede donar 4/5 de toda su riqueza pero el 80% le pertenece a uno y siguiendo este decreto uno no debería donarlo. Ahora bien ¿Por qué los sabios le ponen un tope a la Tzedaká? La misma Guemará lo explica: "Para que uno no termine pobre necesitando de la ayuda de otros hombres". Para los sabios la donación en exceso puede dejarnos en la pobreza y finalmente otros se deberán ocupar de nosotros. Por más absurda que suene este idea no son pocos (incluyendo a Herzl por ejemplo) los que en pos de un ideal donaron todo su dinero a diversas causas y terminaron su vida en la pobreza. Para evitar estas situaciones en Usha decretaron que uno debe donar solamente hasta 1/5 de sus bienes. Los sabios pos-talmúdicos aclaran que este decreto solo es válido "en vida" ya que después de la muerte uno puede decidir donar el 100% de lo que uno tenía. Las razones son obvias.
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