En el último Blog analizamos la expresión "Petaj Patuaj Matzati" (lit. La puerta abierta encontré). Este era el eufemismo utilizado por los hombres cuando recurrían a un sabio para decirles que tuvieron su primera relación sexual con su mujer en la noche de bodas y la misma no tuvo el sangrado que usualmente se da cuando la mujer pierde su virginidad. En el contexto de está Sugya el Talmud trae seis historias en las cuales los sabios en todos los casos tratan de proteger la honra de la mujer y asegurar que era virgen y que simplemente el hombre se equivoco. Seis historias en donde seis hombres van frente a un sabio y le dicen "Petaj Patuaj Matzati" pero los sabios con su ingenio resuelven y en todos los casos fallan a favor de la mujer. Por ejemplo a un hombre le dicen que quizás ingresó "por el costado" y por eso no rompió el himen. Otro le dice al hombre que quizás no "empujó con fuerza" y que por eso el himen no se rompió. Otro dice que hay mujeres que no tienen ni sangrado menstrual ni otro tipo de sangrado. Otros dicen que la mujer se le pudo haber roto el himen en la juventud andando a caballo o con algún golpe.
La historia más interesante, sin embargo, es una en la cual un hombre argumenta que su mujer no es virgen y el sabio para verificar esta acusación pide a dos esclavas, una virgen y una no-virgen, que se sienten sobre un barril de vino. Cuando la virgen se sentó el olor del vino no se sentía en el exterior sin embargo cuando la no-virgen se sentó el olor comenzó a sentirse. Luego invito a la mujer en cuestión a sentarse sobre el barril y comprobó que era virgen ya que el olor no se sentía. Rabin Gamaliel Bar Rabi, el sabio que propone este experimento, dice que lo probó primero con esclavas ya que había escuchado de esta forma de comprobar la virginidad pero no estaba seguro y si fallaba no quería avergonzar "a las mujeres del pueblo de Israel". Lo curioso es que científicamente hace agua por todos lados sin embargo aquí lo traen en el Talmud no simplemente como una leyenda sino como un método científico de prueba y error. Si ocurrió realmente nunca lo sabremos, lo que sí nos queda es una gran historia para aprender y enseñar.
A proposito les paso un par de datos interesantes sobre el himen que en gran medida se condice con las diversas posiciones y enseñanzas de los sabios del Talmud:
>¿La rotura del himen es dolorosa?
La rotura del himen tiene lugar durante la primera relación sexual, en el momento de la penetración, y en la mayoría de los casos provoca un leve sangrado. El himen se rompe en varios pedazos que cicatrizan en seguida y puede darse el caso de que en el momento de la rotura no haya sangrado. Pero no te preocupes porque no es nada doloroso, ahora bien, todo depende de la suavidad de la pareja y del espesor de la membrana (si no se rompe, puedes someterte a una himenotomía, intervención que consiste en practicar una pequeña incisión en el himen). La incomodidad o los dolores que se sienten la primera vez se deben más a la torpeza del amante y a la fricción de las mucosas por no estar lo suficientemente lubricadas que a la rotura del himen.
>¿Puede romperse antes de la primera relación sexual?
La pequeña obertura del himen permite la introducción de un tampón reducido o de un dedo sin que la membrana se rompa. Sin embargo, a veces se rompe durante la infancia yendo en bici, montando a caballo o haciendo gimnasia, pero este tipo de roturas suele darse en muy pocas ocasiones.
>¿El himen es garantía de virginidad?
No, en absoluto. Hay mujeres que nacen sin él. Y a otras no se les rompe en la primera relación sexual sino en las siguientes, o sencillamente no se les rompe. En este caso hablamos de himen «complaciente» porque se dilata sin sangrar. El ginecólogo te realizará un examen clínico para poder diagnosticar una rotura himenal. A continuación se le concede a la paciente un certificado. Ahora bien, nunca se podrá llevar a cabo una intervención de este tipo si la solicita una tercera persona (padres, maridos, etc.) aunque se trate de una menor.
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