Por el Shofar no! Por el Shofar, si es Shabbat, no traspasamos el Tjum (perímetro) de Shabbat. No nos subimos a un árbol a buscarlo. No nadamos a través de un río para encontrarlo. Ni removemos escombros para rescatarlo. Si es Shabbat el Shofar se queda dónde está. ¿Cuál es el motivo de semejantes prohibiciones en torno al Shofar? El Talmud da una respuesta que es ejemplificadora para muchos otros casos similares.
El Shofar es una Mitzva Asé, un precepto positivo que nos comanda actuar. Los Iemei Tov (como Rosh Hashaná) tienen Mitzvot Asé y Mitzvot lo Taase (preceptos negativos que nos comandan a “no hacer” algo en particular). Y como explica el Talmud un mandamiento positivo no desplaza a un mandamiento negativo. Entonces: si existe, por ejemplo, la prohibición de reparar objetos en Shabbat (siendo este un precepto negativo) no podemos arreglar el Shofar si se rompió en aquel día para poder cumplir así un precepto positivo.
Otro ejemplo con un objeto distinto: Si nuestro Lulav, por algún extraño motivo, quedó atrapado en la copa de un árbol no puedo yo subir a buscarlo ya que puedo romper alguna rama (lo que sería transgredir un precepto negativo) en pos de utilizarlo para cumplir la Mitzvá de Netilat Lulav (lo que es, sin lugar a dudas, un precepto positivo). Lo positivo no desplaza a lo negativo.
Otro ejemplo con un objeto distinto: Si nuestro Lulav, por algún extraño motivo, quedó atrapado en la copa de un árbol no puedo yo subir a buscarlo ya que puedo romper alguna rama (lo que sería transgredir un precepto negativo) en pos de utilizarlo para cumplir la Mitzvá de Netilat Lulav (lo que es, sin lugar a dudas, un precepto positivo). Lo positivo no desplaza a lo negativo.
Un dato para los padres: si bien un adulto no debe tocar el Shofar en Shabat por ser Muktze (un objeto que debe ser apartado), el Talmud enfatiza que los niños si pueden tocar el Shofar ese día y hacerlo sonar para aprender para cuando sean más grandes y tengan la obligación de hacerlo.
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