Si bien la fórmula tradicional para desposar una mujer es: Harei At Mekudeshet Li – tu estás consagrada para mi; el Talmud sugiere una variedad de otras fórmulas posibles para contraer matrimonio. Lo importante es que la mujer siempre comprenda la significación de las palabras del hombre. Si él le dice: tú eres para mí (cualquier semejanza con una canción es mera coincidencia) dentro del contexto de una conversación sobre el matrimonio ella está desposada; sin embargo si esto lo dice el hombre en cualquier contexto y la mujer no se da aludida sobre la significación que estas palabras tienen, entonces el matrimonio no se concreta. Otras de las formulas (un poco misóginas) que sugiere como válidas el Talmud son: tu estás bajo mi propiedad, tu eres mi adquisición, tu me perteneces, etc.
Lo que planteábamos hace unos instantes lo vuelve a retomar el Talmud para darnos una gran lección: si estamos hablando de un tema, y ambos entendemos de qué estamos hablando, muchas veces no hace falta explicar ni desarrollar de más. En este sentido si un hombre y una mujer están hablando sobre matrimonio, o eventualmente sobre un divorcio, y el hombre le da un anillo a la mujer, sin siquiera decir nada, el matrimonio es válido ya que la mujer comprende por sí misma la significación que tiene aquella acción en aquel contexto. Si la conversación deriva a otros temas y la mujer no da cuenta de la significación de aquel acto entonces el matrimonio no es válido. Y en este sentido los sabios del Talmud traen un hermoso adagio que dice lo siguiente: MeYnián LeYnián beOtó Ynián – de un tema a otro tema dentro del mismo tema. Lo que quieren decir los sabios es que muchas veces comenzamos a hablar de algún asunto, en este caso el matrimonio y luego saltamos a otro tema semejante – como puede ser los preparativos necesarios para una boda o para la convivencia de una pareja – pero siempre nos encontramos dentro del mismo tema. Muchas veces vamos de un tema a otro tema sin salirnos del tema. Espero que este tema haya sido entendido!
El tema del matrimonio es un tema sensible. La sexualidad y la unión de dos seres humanos no es un tema menor y mucho menos para las culturas bíblicas y rabínicas; muchas prohibiciones y tabúes existen al respecto. Hay muchas personas que no se pueden casar las unas a las otras como por ejemplo un Sacerdote con una divorciada. Por este motivo y para evitar errores y matrimonios invalidos el Talmud sugiere que quien no es experto en temas de Guitin (divorcios) y Kidushin (casamientos) no se meta en estos asuntos. Por eso nunca está demás aclarar que yo no soy ningún experto al respecto sino que simplemente estudio y trato de compartir algo con todos ustedes. Nada de lo que aquí figure debe ser tomado como halajá.
Excelente disertación, Moré.
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