Habíamos dicho que cuatro ediotot - hombres comunes - no tenían un lugar en el Olam Habá. Uno de ellos, discutimos en las ultimas oportunidades, fue Bilam. Ahora el Talmud nos cuenta sobre un personaje cuyo nombre es Gejazi. Su historia está relacionada con el arrepentimiento. Se cuenta que cierta vez Elisha Dameshk fue a buscarlo para pedirle que haga Teshuvá - que se arrepienta de sus transgresiones - pero él no volvió en Teshuvá porque había aprendido de algún maestro el siguiente adagio: החוטא ומחטיא את הרבים אין מספיקין בידו לעשות תשובה - Quien peca y hace pecar a los demás no le alcanzan sus manos para arrepentirse (para volver en Teshuvá).
Detengámonos aquí un momento. Este hombre, Gejazi, al parecer erró y pecó, y él no quiso arrepentirse o no se arriesgó a hacerlo porque había aprendido que ya por el mero hecho de haber pecado no podía volver en Teshuvá. Pero el punto crucial aquí no es que él transgredió, ya que sabemos que toda la Teshuvá se basa en la idea que luego de pecar uno puede arrepentirse de sus actos, sino que hizo pecar a los demás. Una cosa es que yo erre o decida pecar y otra cosa es hacer que los demás pequen. Sobre nosotros, educadores y maestros, o sea sobre nosotros, todos los seres humanos, recae una gran responsabilidad. No somos responsables solamente por nosotros mismos sino que aún más somos responsables por el otro. El tu antes que el yo, el ustedes antes del nosotros. Como seres humanos nos debemos al otro y debemos cuidarnos en nuestras enseñanzas y en nuestras conductas para no hacer que el otro yerre o peque. Sus transgresiones, por inadvertencia o por nuestra sugerencia, penden sobre nuestras palabras. Esta es la gran responsabilidad que debe tener un maestro a la hora de enseñar. Debe comprender que todo lo que sale de su boca puede ser aprehendido y puesto en práctica por sus alumnos y que sus acciones - y posibles transgresiones - de equivocarse en la enseñanza dependen absolutamente de uno.
Continuemos ahora estudiando otro adagio talmúdico y una historia espectacular. תנו רבנן: לעולם תהא שמאל דוחה וימין מקרבת - Deja siempre que tu mano izquierda rechace mientras que tu mano derecha este siempre dispuesta a acercar. Siempre debemos estar dispuestos a dejar ir con una mano, a remarcar los errores de otros y señalar lo que nos parece incorrecto y "pecaminoso" en el otro. Estamos obligados, cuando sentimos que alguien se está equivocando, a advertirle su error. Eso con la mano izquierda mas con la mano derecha debemos estar siempre dispuestos a recibir nuevamente a los que quieren volver en Teshuvá. Si nuestra mano izquierda aleja, nuestra derecha debe intentar nuevamente acercarse al otro, debe aceptar con bondad el arrepentimiento del otro. Una mano aleja y la otra acerca.
En relación a este principio de la tradición judía se nos llama la atención sobre la historia de un hombre que fue soltado por su maestro con las dos manos. Se trata de Ieshu, o más conocido como Jesús. El Talmud nos cuenta que Ioshua ben Perajia era su maestro y que en cierto momento Jesús comienza a tener pensamientos y a hablar de la hermosura de una mujer casada. Su maestro, al instante, lo rechaza y le recrimina su error. Lo suelta con su mano izquierda pero también, en vez de acercarlo, lo deja ir con su mano derecha. Jesús en varias oportunidades quiso volver en Teshuvá y se acercó a su maestro para que lo perdone por su actitud. En cada una de las oportunidades que Jesús intentaba obtener el perdón de su maestro éste, sin piedad, lo rechazaba. En ese momento, según nos narra este Midrash, Jesús comienza a pervertirse y empieza a hacer pecar a otros judíos a través de lo que el Talmud denomina "brujerías". En un momento su maestro, Rabi Ioshua ben Perajia, decide aceptar su Teshuvá pero Jesús sabiamente le contesta: mi Teshuvá no será aceptada ya que tu mismo me enseñaste que quien hace pecar a los demás su arrepentimiento jamas será aceptado. ¿Interesante historia, no?
Un dato para terminar. Toda esta historia sobre Jesús no aparece en la gran mayoría de las ediciones del Talmud ya que fue censurada durante la edad media. La misma se encontraba sin embargo en diversos manuscritos antiguos y fue recuperada en la edición del Talmud de Steinzalts.
Extra: Quien quiera historias sobre la transgresión de David en torno a Bat Sheva tiene en este folio muchas agadot interesantes sobre el tema!
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