Al comenzar a trabajar Masejet Nazir nos planteamos algunas de las motivaciones que podían llevar a la persona a tomar este voto de abstención de productos de la vid, de estar en contacto con los muertos y de recortarse el cabello. Algunos lo hacían como forma de dedicarse a Dios como un acto extremo de piedad, otros para arrepentirse y expiar alguna transgresión por un sentimiento de culpa y otros como veremos en señal de agradecimiento. En este caso nuestra Mishná nos plantea que si una persona dice: "Seré Nazir cuando tenga un hijo", si le nace un hijo varón sano (y la mujer no aborta) esta persona tiene la obligación de cumplir su voto y ser un Nazir.
Por un lado vale decir que la Mishná y luego la Guemará acentúan el hecho de que el hombre dijo "cuando tenga un hijo (ben)", no en sentido general sino en particular: cuando tenga un hijo varón. Si por ejemplo su mujer da a luz a una mujer él no debe convertirse en Nazir ya que en este contexto el término ben es usado en sentido estricto de hijo varón. También la Mishná nos dice que si su mujer da a luz a un Tumtus (persona cuya sexualidad no esta definida) o Androgino (persona que tiene organos sexuales de ambos géneros) tampoco debe convertirse en un Nazir.
Por otro lado vale la pena recalcar la ponderación especialmente positiva en la cultura judía (y en muchas culturas en el mundo antiguo) de tener un hijo varón. La alegría y el significado del nacimiento no era igual si nacía una niña o un niño. Para comenzar para el nacimiento de un niño existía desde antaño un rito de pasaje acompañado de una gran celebración: El Brit Mila. Para una niña sin embargo durante milenios no hubo ninguna celebración religiosa particular para marcar aquel nacimiento. El Simjat Bat (o Zeved HaBat, Brita, Siete Candelas, etc.), u otras ceremonias similares para ponerle el nombre y celebrar el nacimiento de una niña, tiene a penas un par de siglos.
Por último aprendemos de aquí también un sentimiento "común" que llevaba a la gente a hacer una promesa de ser Nazir/a: como señal de agradecimiento a Dios frente a un pedido. Seguramente una persona que no podía tener hijos le hacia este juramento a Dios, que se consagraría para Él, si Dios le daría un hijo. Una historia similar la encontramos en el relato bíblico de Jana y Shmuel.